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El compositor salteño César Andrés Castellanos creó “La Virgen es mi Madre” hace más de 40 años en su honor y se convirtió en un himno para los peregrinos que comparten la Fiesta el Milagro.
14 DE Septiembre 2022 - 16:44
Una caricia para el alma y el corazón. Una sonrisa de vida y amor. Quizás millones de adjetivos no alcancen para mostrar la verdadera obra de arte llamada “La Virgen es mi Madre”, la canción en honor a la Virgen María que otorga hasta fuerza sobrehumana a miles de peregrinos que caminan cantándola centenares de kilómetros para encontrarse con sus patronos cada 15 de septiembre, en una de las procesiones más grandes y polulares del mundo, como es la “Fiesta del Milagro”.
Hoy recorre el mundo y es cantada en otros idiomas e inclusive con ritmos regionales “pegadizos”.
Su autor, el compositor César Castellanos, es un soldado de Legión de María, pero además un iluminado por los rayos celestiales de Dios.
Cómo se inició todo. “Yo tenía 17 años. Estaba por formar un presidium de la Legión de María y el que nos asesoraba espiritualmente era monseñor Carlos Mariano Pérez. Un día me invitó a rezar el Angelus en la capilla privada que tiene en la curia y después me dijo: ‘realmente Jesús te hizo un gran regalo en darte tu devoción por la Virgen, su madre, que también es tu madre’ y me pidió darle mi corazón”, recordó Castellanos.
En esa línea agregó: “Ella va a ser tu alegría. Cuando tengas peligro invocala porque ella derrama su amor como una lluvia sobre la tierra y así lo derrama sobre sus hijos que son devotos. Vos dejá que te empape esa lluvia”.
Esas palabras lo habían emocionado y en su camino a casa comenzaron a fluir en versos las palabras del prelado.
“La Virgen es mi madre me ama / con ella nada puedo temer / la virgen es mi madre y me quiere / mi corazón le entregaré/ Ella derrama sin medida su ternura / sobre mi alma como una lluvia / y yo dejo que me moje suavemente / ella me enciende la alegría / Cada vez que digo su nombre, María / se llena de gozo el alma mía / y cuando el peligro se me acerca / yo la invoco y ella me auxilia”. Solo hablaba el corazón de Castellanos y fue el comienzo de tanta pasión.
“Ya tocaba la guitarra en la iglesia. Ya hacia cuatro años. Allí fue que me integré a la iglesia por medio de la Legión de María, de jóvenes, que es una legión mixta, y como los varones tenían mucha fuerza se me ocurrió hacer un presidium de varones”, recordó el compositor.
“La canción me nació espontánea, como si ya hubiese estado guardada en mi corazón. Cuando logro armar el presidium de varones en la parroquia San José Obrero, se realiza un acto en donde todos los grupos debía hacerle un regalo a la Virgen para su cumpleaños, el 7 de septiembre. Algunos llevaban rosarios, otro flores, coronas, dibujos y regalos hermosos. Como nosotros los varones somos medios “cortos” a la hora de elegir regalos, mis amigos me dicen: Nosotros le regalemos la canción tuya”, resaltó entre risas que le hicieron recordar su adolescencia.
En ese sentido destacó que “éramos 30 los cantantes. Imaginate que toda la iglesia se lloró la vida porque era emocionante ver al grupo cantarle con tanta fuerza. A partir de allí no se dejó de cantar en ningún lugar. Y traspasó las fronteras. En Chile en el segundo Año Mariano convocado por el Papa Juan Pablo II entre 1987 y 1988, bajo el lema “María, la madre de Jesús también es mi madre”, un muchacho que fue al Convento Lateralense, nos convocó para llevar canciones y él presentó a la mía. La grabaron con un coro impresionante”.
Una canción muy alegre
Lo cierto es que esta canción la cantan con mucho fervor los peregrinos. “Cuando yo la compuse la hice como un huayno y eso debe ser el ritmo que invita a la alegría. En España la grabaron con ritmo flamenco y en México la grabaron como mariachi. Lo mismo hicieron en Perú y Bolivia. Hay gente que le cuesta creer que yo la compuse. Yo tengo 40 canciones para la Iglesia y muchas se cantan, pero como ésta ninguna. Yo creo que Dios me hizo un regalo a mí, pero en el fondo es para honrar a María”, resaltó.
“La canción está protegida en Sadaic y siempre me nombran como autor. En España, por ejemplo, se grabó por medio de un predicador católico, puso en la portada el agradecimiento a César Castellanos, de la Argentina, por habernos dejado grabar su canción”, comentó con emoción.
“Nunca me imaginé que está canción iba a traspasar tantas fronteras. Jamás. Y nunca fue la intención. Ni siquiera de hacerla conocida. Fue una respuesta que me nació de las palabras de aliento de monseñor Pérez. Me di cuenta que Dios y la Virgen aceptó esa canción como regalo. Hoy la volví a escuchar cantada por los peregrinos que llegaban de todos los rincones de la provincia y no pude contener las lágrimas”, destacó.
Miembro de la Banda de Música de la Municipalidad de Salta hace 13 años, recordó: “Un integrante de la banda, llamado Sandro Santander, se fue a vivir a Suecia. Ahí es rector de coros católicos y universitarios. Es amigo de mi maestro de coro Sergio Altamirano, y le comentó hace tres años que había sido invitado al Vaticano a cantar en una celebración mariana y quería cantar algo diferente. Altamirano le propuso cantar esta canción. Lo que hicieron es armonizarla a su idioma y causó furor”.
Amor por la religión
“Cuando era chico hacia catecismo en la iglesia de Los Ángeles, el padre Corbalán me puso “Sarmiento”, porque a mí me gustaba mucho el catolicismo y yo contestaba todo. Con el tiempo me pidió que sea monaguillo y cuando ingreso a La Legión de María me incerto de lleno a la Iglesia. Fui ministro de la Eucaristía, dirigí muchos coros en Salta, en especial en la parroquia de María Reina. Hasta hicimos grabaciones de CD que nos permitió con la venta comprar el equipo de sonido que tiene actualmente la Iglesia de Lourdes”, destacó Castellanos.
Con su esposa Mónica Márquez también los unió La Legión de María hace casi 40 años y realizaron un gran movimiento religioso en el barrio Ceferino, que carecía de movimientos religiosos. “Comenzamos a dar catequesis, armar comisión protemplo. Hoy tiene una reconocida vicaría fuerte. Ella llegó a ser presidenta de la Curia, el estamento mayor que tiene la legión”, recuerda.
Castellanos canta actualmente en la Iglesia junto a su hijo Pablo. En otros tiempo lo hacía con su esposa y su hija Gimena. Los cuatro son “santos”, porque además son fanáticos de Juventud Antoniana.
Lo de Castellanos es puro amor, devoción y pasión a la Virgen María, hechos un “canto celestial”.