Todavía estaba caliente el recibimiento de unas 7 millones de personas al Seleccionado argentino en Ezeiza tras la consagración en el Mundial de Qatar 2022 y las "persecuciones" de fanáticos a cada uno de los jugadores que se tomaron unos días para pasar Navidad con sus familias, cuando Enzo Fernández y Julián Álvarez decidieron volar a Inglaterra y regresar a sus respectivos clubes. En ese vuelo se toparon con otros dos argentinos que también iban por la gloria: Kevin y Luciano Benavides.

 El intercambio de palabras entre los mundialistas y los hermanos Benavides se dio el 26 de diciembre cuando los salteños iban a disputar el Rally Dakar a Arabia Saudita.

El primero en compartir la imagen fue Kevin, quien hasta entonces había conseguido el Dakar 2021 con Honda. "Ahora nos toca a nosotros", dijo en su posteo de Instagram. La magia apareció.

Tan solo 20 días más tarde el mayor de los hermanos Benavides recibió, como Lionel Messi, el "bisht" en lo más alto del podio de la competencia más difícil del planeta, otorgado por el multicampeón Nasser Al-Attiyah.

El turno de Luciano

Un poco menos de diez meses después fue el turno de Luciano (aunque en ese Dakar se subió al podio en tres oportunidades y fue el piloto que más etapas ganó), sin embargo no se compara con lo ocurrido en Merzouga, Marruecos, este miércoles cuando se consagró campeón del Mundial de Rally Cross Country tras culminar segundo en la general del Rally de Marruecos y cerrar el año con 100 puntos, por delante de los 96 del australiano Toby Price.

"Creo que las cosas pasan por algo , vimos a los jugadores de la Selección y fue como una señal, fue algo único compartirlo con ellos y nos pasaron energía. Hoy hay q entender lo que logramos con Kevin. Es impensado para Argentina, como hermanos, como salteños...Es increíble y también es muy difícil repertirlo. Hoy estoy feliz, desde chiquito siempre fue mi sueño ser campeón del mundo", dijo a El Tribuno el menor de los Benavides, único medio argentino y sudamericano presente en Marruecos.