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El trabajo, un encuentro con amigos, hablar en público, organizar un viaje, o simplemente organizar las tareas de todos los días, son situaciones que no todos pueden resolver y en este proceso de resolución buscan un escape, una especie de válvula que regule la presión. A veces, esta válvula tampoco se controla. Pero como todo en la vida, hay solución.
20 DE Mayo 2023 - 18:39
Equilibrio, control, todo en su justa medida. Decirlo parece fácil pero en realidad no lo es.
Hablar en público, organizar el trabajo, planificar los pasos de un viaje, ordenar el día a día de las obligaciones asumidas, puede generar un caos que generalmente no se ve, pero que la persona siente en su interior. En el camino por resolver esta ansiedad algunas situaciones terminan enfermando. Sencillamente porque se busca apoyo en conductas que tampoco se logra controlar, ya que el origen de esta ansiedad es lo que sigue sin resolverse.
Para analizar las diferencias entre ansiedad y angustia, la psicóloga Carina Salas (MP 331 - MEC 111) explicó que se trata de dos cosas diferentes: “No es lo mismo ansiedad que angustia. La angustia hace referencia a un estado emocional, mientras que la ansiedad compromete lo físico”, señaló.
"Por la ansiedad se puede sentir taquicardias, sudoración en las manos, sufrir de presión arterial. La angustia es diferente, es una emoción que genera emociones, mientras que el estado físico no se ve alterado", explicó la profesional.
La ansiedad lleva a buscar válvulas de escape que permitan sacar esa presión, algo que aliviane la situación. Pero lo complicado en esta decisión es que a la larga, esa válvula de escape, también se descontrola, porque la raíz de problema sigue intacta.
Una de las conductas más comunes que suele tomarse para sacar la ansiedad, es a través de la comida. Darse el gusto con algo que satisface y que genera rápidamente felicidad. Qué despeja la situación de crisis. Pero, a veces, el comer también se sale de control.
Salas explicó que hay que considerar que a estos estados hay que mirarlos como síntomas. “Muchas veces de frente a determinadas situaciones que generan malestar o preocupaciones se suele tener conductas de regulación emocional que son desadaptativas, como comer de más que no ayudan a regular la ansiedad. Bajan la ansiedad pero con el tiempo dejan de ser saludables”, advirtió.
La ansiedad es una reacción emocional que tiene que ver con sentimientos de tensión, de malestar, de estados de alerta que se van a acompañar con la activación del sistema nervioso. Al haber activación del sistema nervioso se va a manifestar de forma cognitiva, con pensamientos recurrentes, con preocupaciones sobre aquello que genera ansiedad o es la fuente del malestar. “Esto genera lo que se denomina ansiedad anticipatoria, con situaciones física como sudoración, presión alta. Toda una serie de manifestaciones físicas, emocionales y conductuales”, explicó la profesional.
La ansiedad se genera a veces en situaciones de alerta, pero qué sucede cuándo la ansiedad aparece frente a una situación adaptativa. “Entonces vamos a considerar que frente a algunas situaciones, lugares, personas, experiencias del presente, surge una respuesta de ansiedad sintomáticas, que se expresa con diferentes formas pero lo que hay que considerar es que esto surge de algún lugar del pasado. De las experiencias que fueron procesadas desadaptativamente. Cuando sucedió en el pasado quedó en nuestra memoria con imágenes y sensaciones. En el presente cuando vivimos situaciones, que se vinculan a esa experiencia se procesa de modo desadaptativo”, detalló Salas, y de esta forma marca la necesidad de volver al pasado, de buscar en la memoria el momento, el primer momento que generó ansiedad y que no se logró superar, aún con el paso de los años y la experiencia.
Frente a situaciones de estrés el consumo exagerado de alimentos representa una estrategia desadaptativa de regulación emocional. “Hay que considerar en ese momento, que frente a experiencias de malestar, se puede vivir diferentes estados de ánimos y se viven miles situaciones de respuestas. Algunas estrategias pueden adaptativas y otra desadaptativas como lo son comer, comprar o consumir compulsivamente terminan resultando estrategias que sirven para clamar. Son estrategias disfuncionales y no son saludables”, advierte la psicóloga.
El primer paso para poder frenar esta situación es advertirla. Tomar conciencia de lo que sucede cuando de presentan situaciones de ansiedad y cómo esas válvulas ya están fuera de control. El caso del consumo exagerado de comidas no solo se resuelve con la ayuda de un psicólogo sino también con el apoyo de un nutricionista.
”Se debe generar autoconciencia, logra que la persona pueda observar sus propios procesos y posteriormente, generar estados de regulación emocional. Es importante tener en cuenta que la ansiedad forma parte de una de las tantas respuestas emocionales y con diferentes profesionales se puede alcanzar modos de respuesta emocional más adaptavivas. Es primodial que la persona sea capaz de regular sus estados de emoción, pensar en los tratamientos y acceder a tratamientos en equipo en donde se considere el cambio de rasgos que llevan a la persona a mantener estas estrategias”, aconsejó Salas.
La psicóloga recordó que existe un proverbio chino, que puede ser muy útil en esta situación. “La mejor forma de salir del pozo es dejar de cavar”,dice. En el caso de las personas que sufren de ansiedad las estrategias que generan es hacer siempre lo mismo frente a situaciones que generan la malestar. Lo saludable sería el acceso a nuevas estrategias que permitan modificar este trastorno y sin dudarlo pedir ayuda”, analizó.