Sevilla, de España, el equipo más ganador del torneo con cuatro títulos, y con cinco argentinos en su plantel, enfrentará a Roma, de Italia, que tiene al cordobés Paulo Dybala, aunque está con un problema físico, en la final de la edición 14 de la Liga de Europa. El partido se disputará en el estadio Puskas Arena, en Budapest, a partir de las 16 (hora de Argentina).

En caso de empate a los 90 minutos se jugarán 30 suplementarios y si la igualdad se mantuviera se recurrirá a la definición por penales para definir al nuevo campeón, que sumará una estrella y se clasificará para la Liga de Campeones de la próxima temporada.

El segundo torneo en importancia de Europa a nivel de clubes consagrará en Budapest a un nuevo campeón que sucederá al Eintracht Frankfurt alemán, que se coronó el año pasado.

En Sevilla será titular Lucas Ocampos y entre los suplentes estarán sus compatriotas Gonzalo Montiel, Erik Lamela y Alejandro Gómez, mientras que Marcos Acuña se perderá la final por estar suspendido.

En la Roma está en duda Dybala a causa de una lesión en el tobillo, aunque por tratarse de una final y de que es uno de los jugadores preferidos del entrenador del equipo, el portugués José Mourinho, es probable que ocupe un lugar entre los suplentes.

Sevilla y Roma no tienen una buena temporada y atraviesan un pobre desempeño en la liga local.

El equipo sevillano esta 11mo. en la Liga con 49 unidades a 39 del campeón Barcelona a una fecha del final, mientras que la Roma en la Serie A está sexta con 60 a 27 del campeón Napoli, restando una jornada.

Por eso esta Liga de Europa toma tanta importancia para ambos ya que clasificará al ganador a la Liga de Campeones, más allá de la gloria que representa la segunda Copa en importancia en el continente europeo organizada por la UEFA.

Sevilla pretende seguir con el idilio que mantiene con esta competición, que ya la ganó en seis ocasiones, dos de ellas (2006 y 2007) como Copa de la UEFA y cuatro (2014, 2015, 2016 y 2020) siendo al Liga de Europa que comenzó como tal en 2009.

Roma perdió la final de la Copa UEFA en 1991 ante Inter de Milan y cayó en la final de la Copa de Campeones (hoy Champions) de 1983 ante Liverpool de Inglaterra, rompiendo el maleficio al año pasado al ganar, bajó la conducción del portugués José Mourinho, la Liga de Conferencias.