Acceso web El Tribuno:
www.eltribuno.com
Contacto:
Editor: Pablo Juarez
E-mail: pjuarez@eltribuno.com.ar
Teléfono: +54 387 4246200
Por cualquier consulta administrativa o referida al sitio, puede escribirnos a: contactoweb@eltribuno.com.ar
Director: Sergio Romero
Telefono: +54 0810 888 2582
Razón Social: Horizontes On Line SA.
Registro de propiedad intelectual: 69686832Domicilio: Av. Ex. Combatientes de Malvinas 3890 - CP (A4412BYA) Salta, Argentina.
Fue en 1960. Bernardino Biella era gobernador de la provincia y no disponía de vehículos oficiales. Fue Rafael González Giménez, del Auto Club Salta, quien le prestó su propio coche para realizar la travesía.
11 DE Julio 2023 - 09:03
A mediados de marzo de 1960, Juan Manuel Fangio visitó Salta. Apenas llegó a la provincia y luego de dar un breve recorrido por el casco céntrico se dirigió a casa de Gobierno para saludar a Bernardino Biella, por entonces mandatario provincial (1/5/1958 - 21/11/1961).
Se trató de una visita sorpresa organizada con cierta “complicidad” del secretario privado del gobernador, don Juan González Moreno.
Biella, según contó tiempo después, nunca imaginó que en una jornada que se presentaba como cualquier otra en su despacho de Mitre 23, le anunciarían que el mismísimo quíntuple campeón mundial de automovilismo estaba ahí y quería saludarlo personalmente.
En ese contexto se dio el histórico encuentro. Muy grato, por cierto. El piloto -según relatos de la época- estuvo acompañado por un grupo de directivos del Auto Club Salta, entre ellos Roberto Romero y Rafael González Giménez. A la reunión se sumó el ministro de Gobierno, Julio Barbarán Alvarado.
Fue una charla amena en la que hablaron de deportes, automovilismo y recordaron algunas de hazañas del múltiple campeón.
Fangio, entusiasmado y con intenciones de recorrer el norte del país, le pidió al mandatario que lo acompañara a Jujuy para visitar a su par, el entonces gobernador Horacio Guzmán, a lo que Biella accedió inmediatamente. Sin embargo, le aclaró que no disponía de vehículos oficiales para realizar el viaje, ya que la flota estaba conformada por viejos Chevrolet 1951 que por aquellos años carecían de repuestos y sobre todo, resultaba muy difícil conseguirles cubiertas de recambio lo que hacía muy riesgosa la empresa. Estos coches, según consta en un artículo del diario El Tribuno de la época, fueron reemplazados poco tiempo después por los famosos y amplios Kaiser Caravella, que comenzaron a fabricarse en Argentina durante el gobierno de Arturo Frondizi (1/5/1958 29/3/1962).
“Es un riesgo viajar así”, le habría manifestado Biella. Frente a este inconveniente, González Giménez, quien no solo integraba el Auto Club Salta sino que era dueño de la firma Transporte González, les ofreció su propio vehículo para trasladarse a Jujuy. Fue así que emprendieron la travesía por la sinuosa cuesta, desde donde disfrutaron de una paisaje inigualable.
Dos años antes, en 1958, Juan Manuel Fangio luego de pasar por Salta visitó San Pedro de Jujuy donde participó de la inauguración de la firma Suixtil-ñaro, que era una extensión de “Casa Canelli”, la prestigiosa sastrería fundada a comienzos del siglo XX en Buenos Aires. Suixtil había ganado fama dentro del automovilismo hasta convertirse en la marca de ropa “imprescindible” para los pilotos de carreras de todo el mundo. Fangio, Moss y González fueron algunos de los afamados corredores que lucieron con orgullo la marca Suixtil en los años 50 y 60.
En cuanto al arribo del campeón a San Pedro, fue un 22 de noviembre. Allí lo recibió por una multitud, como un verdadero ídolo. El agasajo le deparó al múltiple campeón mundial una gran sorpresa: un paseo en un convertible AJR, modelo diseñado y construido íntegramente en Salta por los hermanos Juan y Alfredo Recchiuto. Fue así que Fangio recorrió toda la ciudad sobre el “Gauchito Salteño”.
¿Cómo llegó el AJR a San Pedro?. En una entrevista realizada hace algunos años, don Juan Recchiuto le contó a El Tribuno que el auto había causado gran impacto y rápidamente llovieron las ofertas. La más tentadora llegó de la mano de Emeterio Ruiz, un empresario jujeño de transporte.
“El hombre me dijo cobrame lo que quieras, pero al auto lo necesito. Y bueno, se lo vendimos. Le cobramos un montón, y lo pagó. Me quedé triste cuando se lo llevaron. Después me enteré que era para agasajar, nada más y nada menos, que a Juan Manuel Fangio, que era su amigo”, recordó Juan.