Usted puede "googlear" David Arnaldo Leiva y encontrará información valiosa sobre su vida. Pero en esta página se intentará entender un poco más sobre cómo el hombre es el preferido de los trabajadores, los más pobres y de las referentes de las organizaciones de derechos humanos de Salta. Se las conoce como "las viejas", ya que es un apelativo amoroso que se tiene con las mujeres que marcaron y marcan el camino de la Verdad, Memoria y Justicia en la provincia de Salta. En ese espacio de dolor, militancia y Memoria, don David es como un hijo.

Adán Rodolfo y Felisa Romano tuvieron a tres hijos en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Cristina Lucrecia que "Lacarancha", que ahora es escritora de microcuentos, poemas y relatos para leer en voz alta, perteneciente al grupo de escritores patagónicos independientes, La Mano en la Sed y vive en Neuquén. Luego nació Adán Rodolfo que, a los 20 años de edad, fue secuestrado por el terrorismo de Estado, el 19 de septiembre de 1975, en medio de la mañana, de su domicilio de San Miguel de Tucumán y que fue hallado asesinado el 7 de octubre, del mismo año, en un simulacro de enfrentamiento.

La familia Leiva llega a Orán cuando los hermanos cursaban la primaria. Fueron porque el papá Adán era perito mercantil y había comenzado a trabajar en comercios de la ciudad del sol caliente. Luego consigue realizar trabajos para el ingenio y se instalan definitivamente en Hipólito Yrigoyen.

Al terminar la secundario, el joven David emigra a la ciudad de La Plata para estudiar en la universidad la carrera de Derecho. Era el año 1974 y el país transitaba la convulsión y la contradicción de los peronismos que convivían en amenaza latente. El terrorismo de Estado ya asomaba. En el 75 secuestran y asesinan a su hermano en Tucumán y todo estallaba.

"Yo estudié entre el 74 y el 80 en UNLP", dice y sale un suspiro; eran tiempos calientes. "Yo militaba en la Juventud Peronista y estaba en las organizaciones de base encargada de la propaganda. Teníamos reuniones de discusión política, hacíamos pintadas y hacíamos bombas de panfletos; lo cual tuvo el mal nombre que le dio la prensa. No eran bombas que podían matar a gente. Se trataba de cajas de cartón que los militantes colocábamos en las azoteas, con un petardo y un cigarrillo de mecha que hacían volar los papeles y el viento hacía el resto del trabajo", relató sonriéndo melancolía.

Cada 29 de agosto se celebra el Día de las Abogadas y los Abogados, en homenaje a Juan Bautista Alberdi. Esa misma fecha, pero de 1810, nació en la ciudad de San Miguel de Tucumán aquel letrado, jurista, economista, diputado, escritor, músico y autor intelectual de las Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina, texto que se considera fuente de la Constitución Nacional de 1853.

Con el pase a la clandestinidad de Montoneros las organizaciones de base también comienzan a "ocultar sus actividades". "Yo tenía mucho miedo", confesó. Por esos años David ya comenzó a trabajar en la ciudad de Buenos Aires en un estudio de derecho laboral. Luego pasaría a Quilmes también en laboral y penal. Muchos de sus compañeros de facultad comienzan a desaparecer y es la primera vez que David pierde, en su relato, la elocuencia de la lógica y trastabilla en lo emocional. "De los 50 compañeros que cursábamos Derecho en UNLP solo vivimos diez. Por el (año) 1995 nos invitaron a la inauguración de una placa recordatoria de las víctimas del terrorismo de Estado de la Facultad de Derecho. Son en total 76 los estudiantes muertos y desaparecidos. Pusieron las fotos de sus rostros en una escalera, los miraba y los recordaba. Eran chicos de 19, 20 y 21 años de edad...", y no puede seguir hablando por el dolor del recuerdo.

En 1980 regresa a Orán y se pone a trabajar en representación de trabajadores despedidos y de víctimas en general. "Comienzo a trabajar en la defensa de los obreros del ingenio y de las petroleras; siempre con las víctimas, con los despedidos. Siempre estoy de lado de la gente que necesita, a los compañeros no se les cobra consulta y muchos de mis juicios sólo se llevan adelante por el solo hecho de buscar justicia", dijo el letrado que además fue abogado querellante en las causas por delitos de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de Estado en la provincia.

Lesa humanidad

El primer día de democracia, año 1983, David comenzó la causa por el secuestro y asesinato de su hermano Adán, en la provincia de Tucumán. Empieza ahí su camino por los Juicios de la Verdad. En 2000 arranca a cursar un posgrado en DDHH en Tucumán y su tesis giró en torno de los Juicios de la Verdad para lo cual tuvo que elaborar la demanda para presentar en Salta. Recibió el acompañamiento de los familiares de víctimas de terrorismo de Estado de Orán y luego llegó a Salta a ver el panorama. Se encontró con Lucrecia Barquet, Nora Leonard, Mirta Torres, Nenina Lescano, Mara Puntano, entre otras, en donde consensuaron una demanda de más de 40 hojas. La presentaron en marzo de 2000 y lograron con el tiempo que llegue a juicio la causa Palomitas con la recopilación de testimonios y con la imprescriptibilidad por el derecho a duelo de los familiares de las víctimas.

Ese hecho fue un logro histórico para todo lo demás, fue un hito. Ese juicio escrito abrió las puertas a todos los juicios por la Verdad que se realizaron en Salta; de hecho fue el tercero en todo el país. Luego participó en el juicio por Melitón Bustos, por Miguel Ragone, en la denominada Megacausa UNSa, entre otros, en donde se convirtió en el abogado querellante de referencia en causas por crímenes de lesa humanidad en Salta.

Entre Orán y Salta existe una vuelta al mundo

Más de una vuelta al mundo dio David Leiva, en los 10 años que fue abogado querellante en los Juicios por la Verdad, por la cantidad de kilómetros que recorrió de Orán a Salta por las audiencias y los preparativos para los debates.

Nadie puede negar que fue un trabajo de militancia y que las compañeras se portaron bien con el hombre. Ahí es donde entran las "viejas" con todo su amor.

"En los juicios por lesa humanidad no se gana dinero ni prestigio. Es más, yo ponía de mi plata para viajar y en Orán me miraban con malos ojos por ser abogado de las familias de víctimas de crímenes de lesa humanidad. Una vez a la semana viajaba a Salta por las audiencias durante 10 años. Fue un trabajo terrible, pero gratificante. Quiero agradecer públicamente a Nora (Leonard), Cristina (Cobos) y a Nena Gamboa que me daban de comer y muchas veces me disponían un lugar para dormir. Ellas, las viejas, me adoptaron y yo les tengo mucho aprecio, respeto y admiración. Porque se debe decir que las organizaciones de DDHH de Salta no funcionan como en Buenos Aires. Acá se hace militancia con puro voluntarismo y sin ayuda alguna", concluyó el hombre.

Sobre su destino, hoy tiene 67, un nieto que se llama Amado Arnaldo Fidel Leiva y que, si bien ya debería estar jubilado disfrutándolo, sigue trabajando. Afirma que la jubilación de un abogado "de calle" es de 150 mil pesos. "Llevo 43 años ejerciendo como abogado y lo tendré que seguir haciendo hasta que ya no me dé más el cuero", concluyó.