Jorge Villalobos (35), bailarín de danzas folclóricas, lleva el malambo por los principales escenarios de Beirut, en el Libano. Junto a su sobrino Claudio Villalobos (24) actúa en casinos, hoteles, festivales y fiestas privadas. Desde hace más de dos meses los salteños, oriundos de La Merced, viven en Medio Oriente donde aseguran las danzas tradicionales argentinas gustan, y mucho.

“Nos dedicamos a la danza profesionalmente, es nuestra pasión y nuestro trabajo. Claudio, por ejemplo, anteriormente vivió en Colombia y yo en Ecuador. Desde chicos venimos recorriendo este camino artístico que nos ha llevado a diferentes partes del mundo mostrando lo nuestro, nuestra esencia”, recordó.

Consultado por El Tribuno sobre cómo ingresaron a ese mercado tan exótico, Jorge contó: “Nos contrató una empresa a través de un grupo de bailarines de Tucumán que nos contactó. Se fue dando todo y terminamos aquí, en Líbano. Es una experiencia muy positiva, pero que también tiene su lado difícil, sobre todo porque estamos lejos de nuestras familias. En mi caso tengo mi señora y dos hijos, Samuel de 9 y Catriel de 2; y Claudio también, tiene su mujer y un bebé de un añito”. 

Pese a la distancia y a los afectos, que los mantiene constantemente ligados a La Merced, Villalobos señaló que llevan la vida que siempre soñaron. “Venimos de un pueblito. Eramos muy chiquitos cuando comenzamos con todo esto, así que, nada, siempre quisimos que fuera así. Lo estamos logrando. Hay perspectivas de, en un futuro no muy lejano, ir a Europa. Es un proyecto, veremos qué sucede. Por el momento todo bien, aquí estamos, viviendo de lo que amamos”, puntualizó. 

Sus días en tierras árabes transcurren de lunes a viernes entre intensos ensayos y los fines de semana con presentaciones y espectáculos, tanto en la capital como en distritos cercanos. No les costó mucho adaptarse y se sienten muy a gusto. 

“Es un buen empleo. Tenemos la posibilidad de volver a Salta, permanecer allá dos o tres meses y luego regresar. Así que está muy bueno. No es como antes que había que esperar un año o dos y costaba volver. Además, así como están las cosas en Argentina, al cambio el pasaje no es muy caro y es liviano para las empresas darnos esa posibilidad”, detalló.

Pese al glamour, las luces, los escenarios, la experiencia y la belleza de los lugares que recorren desde hace algunos años, Jorge admitió: “Ese es un punto que lo charlamos siempre con el Claudio. Y la idea es afincarnos en América, poder estar ahí junto a nuestras familias”. Aclaró que en su caso particular, elige Salta para vivir. “Lo de hoy es una gran oportunidad de trabajo y lo tomo así, y se seguiré hasta que me de el cuerpo, porque ya tengo 35 años. Hay que aprovecharlo al máximo y después regresar a la provincia, que no la cambio por nada, esa es la idea”, relató.

En cuanto a su especialidad, el malambo, dijo que a la gente le gusta mucho. “Les llama mucho la atención el zapateo, las boleadoras y los bombos. Es que el malambo expone la destreza del gaucho. Para mí es una forma de vida. Gracias al malambo, gracias a la danza, he conocido lugares, gente, formé mi familia, tengo dos hijos y puedo ver feliz a mi mamá”, expresó.

Para finalizar, el bailarín salteño contó: “Por otra parte, como es sabido el fútbol, Messi y Maradona tienen mucho que ver en que nos abran las puertas, en que nos traten muy bien. Todavía está muy fresco el tema del mundial e influye a nuestro favor”.