Lorena Donadío se comunicó con El Tribuno para denunciar una situación que vivió y que pudo ser una tragedia. "Venía conduciendo mi auto camino a Colón, en Cerrillos, y en el paso a nivel del ferrocarril, alrededor de las 17.30 horas del martes, no me dí cuenta de que venía el tren porque no había ningún policía de tránsito, ni guarda barreras, ni barreras, y casi me lleva puesta la máquina azul. Llegué a frenar de casualidad encima del tren y me tuve que aguantar los insultos de un señor que venía parado en la punta de la máquina".

"Me salve de milagro"

Agregó: "Casi fui arrollada por el tren y me salvé de milagro, por eso quiero expresar que si nadie detiene el tránsito sobre las vías, ocurrirá una tragedia en cualquier momento. Creí que hacer público esto que me pasó puede ayudar a que las autoridades responsables de la seguridad de las personas que transitan las calles y las vías del ferrocarril, tomen conciencia de lo que puede ocurrir, y en el mejor de los casos, evitarlo".

Loreña añadió: "De hecho, el tren venía tocando la bocina, pero yo venía en el auto escuchando música y con las ventanillas cerradas con el aire acondicionado y no escuché. Me parece una gran imprudencia creer que con la bocina es suficiente".

Con el estilo de vida moderno, la bocina no es un método suficiente para prevenir un accidente en las vías, tiene que haber barreras mecánicas o humanas. La sociedad moderna circula en vehículos cerrados; incluso si van en moto usan cascos que tapan la audición y hasta los que caminan por deporte, casi todos van con auriculares.

En el paso a nivel de camino a Colón, en la entrada a Cerrillos, hace un año que intentan instalar barreras y nunca lo concretan. Es una ruta extremadamente transitada por lo que esta nota sirve como ejemplo y aviso de lo que podría ocurrir si no se toman acciones en forma inmediata.