La neuropsicopedagoga salteña, Susana Artaza, en diálogo con El Tribuno contó que hay que trazar el camino para prevenir el deterioro cognitivo en esta etapa. Para ello – señala- hay que hablar de la neuroprotección en la salud cognitiva.

¿Los adultos mayores se sienten incluidos en la sociedad moderna?

No vamos a extraernos de lo que actualmente está sucediendo con los adultos mayores en nuestra sociedad y para ello vale la pena hacer un recorrido histórico y social actual. La Asamblea General de las Naciones Unidas busca que visualicemos a las personas mayores y por eso el 1 de octubre es el Día Internacional de los Adultos Mayores. Esta declaración tiene dos propósitos: por un lado, apunta a revalorizar la longevidad; y por el otro se busca que nuestra sociedad sea más inclusiva y justa.

El proceso de envejecimiento poblacional se da por la disminución de la población joven, a causa de la caída de la natalidad y por una población de mayores más "cuidada", con mayor calidad de vida y mayor nivel educativo. Hoy los adultos mayores permanecen más tiempo en la actividad laboral, ya sea por motivos económicos como por capacidades.

¿Qué cuidados son necesarios para que tengan una mejor calidad de vida?

Dentro de los cuidados saludables a considerar en las personas mayores, me cabe mencionar la salud cognitiva. ¿Qué debemos saber sobre ella? Debido a la creciente prevalencia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y otras demencias, temas de los que debemos hablar, hay que trazar el camino para prevenir el deterioro cognitivo en este siglo XXI y para ello hay que hablar de la neuroprotección en la salud cognitiva.

En el ámbito de trabajo en el que me desempeño, nos enfrentamos a desafíos multifactoriales y por ello la detección temprana del deterioro cognitivo tiene un capítulo especial.

¿Cuáles serian los primeros signos del deterioro cognitivo?

A veces los signos son sutiles, pueden pasar desapercibidos, hasta que se observa el avance de la enfermedad. Por ejemplo, pérdida de memoria, no encontrar las palabras adecuadas para contextualizar un diálogo, un corte en el pensamiento, olvidar de qué se estaba hablando, un “me perdí no sé cómo llegar”, dejé las llaves, no recuerdo el turno médico. A estos se suman signos esporádicos no habituales en esta etapa.

Y es a partir de allí que deben intervenir médicos, neurólogos, psiquiatras hasta que el paciente llega a nosotros los que nos dedicamos a la salud cognitiva, para proyectar un conjunto de técnicas no solo de neuroprotección, sino también relacionadas a los hábitos de vida. En este contexto hay que tener en cuenta factores psicosociales, como el entorno del paciente y buscar una salud activa, que lo alejen del sedentarismo. Las pérdidas auditivas, en tanto, deben ser tratadas a tiempo. La hipertensión arterial, la diabetes son considerados factores de riesgo.

Con un enfoque holístico se puede diseñar y aplicar un programa personalizado que impacte en la calidad cognitiva de las personas mayores consultantes.

La evidencia científica respalda cada vez más la idea de que la neuroprotección y la estimulación cognitiva, son esenciales para prevenir el deterioro cognitivo y las enfermedades neurodegenerativas.

¿Se cumplen estos cuidados?

No siempre se cumplen y es aquí donde los profesionales de la salud debemos aportar nuestros conocimientos y habilidades para la promoción, para el seguimiento y la implementación de estrategias que promueven un estilo de vida saludable, y por lo tanto una adultez mayor saludable.

¿Por dónde empezar?

El primer paso está dado por la formación continua, por la implementación de planes que incluyen evaluaciones, intervenciones y seguimiento de las personas mayores, con abordajes del deterioro cognitivo.