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El gremio Apunsa ratificó que se trata de un "acuerdo paritario excepcional". Hay incertidumbre de trabajadores.
11 DE Octubre 2024 - 02:22
"La UNSa es mi vida. Es el lugar donde estudié mi carrera y donde trabajo desde hace nueve años", expresó Manuel (nombre ficticio para proteger su identidad), un trabajador no docente de la Universidad Nacional de Salta, quien enfrenta un futuro incierto, ya que está a punto de perder su única fuente de trabajo. Su designación como personal transitorio en la universidad vence el 30 de noviembre y aún no ha podido regularizar su situación a través de un concurso. Según Manuel, unos 60 compañeros del Rectorado y otros 40 en las sedes de la UNSa están en la misma situación. Se presentaron reclamos legales y ante el Consejo Superior, pero aún no recibieron una solución.
Manuel pasó por diversas etapas laborales en la universidad, comenzando como monotributista y logrando el año pasado ser designado como personal transitorio del Rectorado, aunque tuvo que renunciar a su antigüedad. A pesar de su deseo de pasar a planta permanente, cree que los concursos están dirigidos a beneficiar a hijos del personal PAU (Personal de Apoyo Universitario) y que no hay convocatorias para su puesto.
"Hablamos incluso con el rector Daniel Hoyos, pero las quejas solo sirvieron para que nos usaran para conseguir financiamiento de Nación para 60 puestos. Nos corresponde pasar a planta permanente, ya hemos demostrado nuestra idoneidad durante años. Lo mínimo que la universidad debería hacer es regularizar nuestra situación", planteó el joven.
Manuel criticó la administración universitaria, que se presenta como defensora del trabajo, pero que "hace lo que quiere, paga como quiere y no reconoce nuestro esfuerzo". Manifestó que existe "un sistema perverso, lleno de irregularidades, hipocresía y persecuciones".
También señaló que el mismo cuerpo jurídico de la UNSa declaró la situación como ilegal, advirtiendo que "no puede haber acuerdos por encima de la ley". "Se crea una cuestión de privilegio cuando hay 60 trabajadores luchando por su estabilidad laboral, y otros 200 contratados como monotributistas que también necesitan una solución. ¿Y quieren meter gente de afuera?", lanzó.
La mayoría de los concursos para cargos no docentes son cerrados, para contratados no permanentes o incluso para hijos de personal en actividad. ¿Esto es correcto? ¿Cómo se están manejando con los concursos?
Nuestro convenio colectivo de trabajo, que es el decreto 366/06 a nivel nacional, establece que la única herramienta para ingresar a la planta no docente y para ascender de una categoría a otra es el concurso. Cada institución tiene su propia reglamentación para la modalidad de estos concursos, y en la UNSa, por ejemplo, se rige por la resolución del Consejo Superior 230/08. Esta resolución define cómo se desarrollan los concursos: cómo se conforma el jurado, cuánto dura el examen, entre otros aspectos.
Ahora bien, en la universidad ha habido personas contratadas desde hace años, en las que el gremio no interviene porque esos contratos los hacen directamente las autoridades, como el rector, un decano o un director de sede. El problema que surgió fue que había personas contratadas durante muchos años, y efectivamente, desde antes de la pandemia, hubo una ralentización en la convocatoria de concursos, lo cual empeoró con la pandemia.
Cuando asumí en el sindicato, en 2022, vimos que había 220 cargos vacantes en una planta de 735. Desde entonces, nuestra tarea ha sido insistir en que se agilicen los concursos, por dos razones: primero, para permitir que las personas asciendan de categoría, y segundo, para que aquellos que esperaban por los concursos abiertos puedan rendir. En ese proceso, surgió la cuestión de los contratados, que estaban en situación de precariedad.
El acuerdo paritario que venía firmado desde antes de la pandemia contemplaba tres instancias para los concursos. La primera es interna: personal de planta de la facultad en cuestión puede rendir. Si no se cubre el puesto, la segunda instancia permite que cualquier miembro del personal de planta de la universidad pueda presentarse. Solo si en esas dos instancias no se cubre el cargo, se llama a concurso abierto.
En este contexto, surgió un acuerdo paritario excepcional que permitía a los contratados rendir antes de llegar al concurso abierto. Esa excepción está regulada por la resolución 387/22, que originalmente se firmó en 2019 y se ratificó en 2022. Esta resolución incluía, además, un beneficio para los hijos de personal no docente en actividad que no tuvieran empleo ni becas en la universidad, permitiéndoles también rendir en una instancia previa al concurso abierto. Sin embargo, estos hijos del personal no docente suelen tener menos chances de ganar un concurso frente a alguien que lleva años trabajando como contratado en la universidad.
Entonces, al haber terminado esta excepcionalidad el 1 de septiembre, ¿ya no se permite la presentación de hijos de empleados en actividad?
Exactamente. La excepcionalidad, que contemplaba tanto a los contratados como a los hijos del personal no docente, terminó el 1 de septiembre de este año. Este régimen había sido establecido para un total de 45 cargos, de los cuales 12 estaban reservados para los hijos del personal. Sin embargo, como mencioné, esto es una excepción al reglamento habitual de concursos.
¿Cuántos contratados no permanentes tiene hoy la universidad?
Actualmente, la universidad cuenta con alrededor de 280 personas contratadas. De esas, unas 90 fueron pasadas a la planta no permanente, es decir, cobran el equivalente a una categoría 7, pero aún deben rendir su concurso para formalizar su situación. De esos 90, aproximadamente un 45% ya rindió concurso y pasó a la planta permanente.
¿Y cuántos cargos no docentes faltan cubrir?
En total, la universidad tiene 732 cargos no docentes, pero aún nos faltan cubrir unos 100 cargos. Ten en cuenta que, además de los cargos vacantes, tenemos un recambio generacional importante. Cada mes se están jubilando entre 2 y 5 compañeros, lo que genera más vacantes. Estamos trabajando con el compromiso de las autoridades para continuar con los llamados a concursos y cubrir esos puestos.
¿Cuántos concursos se realizaron este año?
No tengo el número exacto, pero estimo que ya se han cubierto unos 30 a 35 cargos mediante concurso, algunos bajo el régimen de excepcionalidad y otros a través de los concursos regulares.
¿Y qué pasa con los concursos que estaban bajo el régimen de excepcionalidad, si quedan vacantes?
Si un concurso bajo el régimen de excepcionalidad queda desierto, pasa automáticamente a la instancia de concurso abierto. Por ejemplo, en la sede de Tartagal, se convocaron dos cargos de maestranza bajo este régimen: uno se cubrió y el otro quedó vacante, por lo que ahora se ha llamado a concurso abierto.
¿Desde cuándo estuvo en vigencia este régimen de excepcionalidad?
El acuerdo paritario se firmó en agosto o octubre de 2022, pero los llamados a concursos bajo este régimen comenzaron hacia finales de ese año. La excepcionalidad estuvo vigente hasta el 1 de septiembre de 2024. Los cargos que no se cubrieron bajo este régimen están pasando ahora a concurso abierto.
El abogado de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), Sebastián Aguirre Astigueta, abordó las denuncias sobre irregularidades en los concursos para el Personal de Apoyo Universitario (PAU), específicamente en la medida excepcional que beneficia a hijos de empleados. "Sí, hay distintos planteos en distintos expedientes de concursos," admitió, al tiempo que reconoció que, a pesar de las objeciones, el Consejo Superior decidió seguir adelante con estos concursos.
El letrado explicó que, al asumir el Rectorado, se suspendieron los llamados a concursos debido a preocupaciones sobre la igualdad de derechos. "La asesoría jurídica había dictaminado que esos concursos tenían problemas jurídicos," precisó. Sin embargo, se optó por llevar adelante concursos bajo una modalidad excepcional, que incluye a los hijos del personal no docente.
"No deberían existir estos concursos excepcionales, dando una especie de privilegio a los hijos de alguien, porque los dictámenes citan el artículo 16 de la Constitución, donde dice que en la Nación argentina no existen prerrogativas de sangre, o sea, nadie por ser hijo de alguien puede tener un beneficio particular o un privilegio", argumentó.
Respecto a las denuncias, aclaró que, aunque hay grupos de siete a nueve trabajadores que impugnan, "no son 100 las denuncias formales", dijo. Aguirre Astigueta manifestó que muchos de ellos han pedido ser incorporados directamente a la planta permanente sin pasar por un concurso, a pesar de que, "la única forma de ingresar a la universidad es por concurso, lo dice el estatuto", remarcó.
Actualmente, la UNSa cuenta con un régimen de transición denominado "planta no permanente," en la cual muchas personas aún deben rendir concurso para formalizar su situación. "Es una situación compleja, ya que los mismos grupos que se oponen a los concursos excepcionales han solicitado ingresar sin concursar," insistió. Subrayó que en la gestión de Hoyos se mejoró su situación: "Se les dio obra social y todo, pero bueno, no hay tantos cargos como para que entren todos, ese también es otro problema".
El abogado enfatizó la necesidad de democratizar y transparentar el proceso de selección, sugiriendo que los concursos deberían ser abiertos desde el principio. "Hay una falencia en el sistema," admitió.
Añadió que hasta que el Consejo Superior no cambie la resolución, no se puede hacer otra cosa que cumplir porque son un organismo administrativo. "La universidad tiene que cumplir las órdenes de su órgano máximo de Gobierno que es el Consejo Superior", remarcó.