Lino Fernando Yonar, con 37 años, asumió como intendente de Campo Quijano en diciembre pasado. En estos primeros 11 meses de gestión, enfrentó enormes inconvenientes administrativos y financieros de la gestión anterior, que complicaron la ejecución de nuevos proyectos. Sin embargo, Yonar es claro: la política debe cambiar, y para eso es fundamental que lleguen al poder personas con la formación adecuada. En esta entrevista, el ingeniero se distancia de las "viejas mañas" y habla sobre la necesidad de un gobierno honesto y eficiente, basado en la proyección a largo plazo.

¿Cómo está hoy la situación administrativa y financiera de la comuna?

- Desde que asumimos, encontramos un municipio con graves problemas económicos y deudas. Los primeros meses fueron duros, tuvimos que corregir el balance financiero y ajustar gastos innecesarios. Todavía aún enfrentamos deudas y problemas con rendiciones de la gestión anterior. Esto ha provocado que recibamos intimaciones a nivel nacional, tanto de la Secretaría del Interior como del Ministerio de Infraestructura, debido a la falta de documentación sobre los fondos recibidos en ese período. Nuestro equipo técnico y legal está trabajando intensamente para destrabar esta situación, buscando los documentos correspondientes, si es que existen, que acrediten el uso de esos fondos.

¿Cómo se maneja un municipio extenso y una población en crecimiento que no es de Quijano?

En los últimos 10 años, el municipio de Campo Quijano ha experimentado un crecimiento exponencial en su población, con un gran número de personas que se trasladaron desde Salta Capital y otras localidades del Valle de Lerma. Este fenómeno ha convertido a Quijano en una extensión de la gran Salta, lo que genera una situación particular en la gestión municipal. El desafío principal radica en la vasta extensión territorial del municipio, que supera los 40.000 kilómetros cuadrados, desde el límite con la puna hasta los bordes de la capital, y al norte, hasta las zonas de Jujuy y San Lorenzo. Este crecimiento complica enormemente la prestación de servicios. La falta de infraestructura y equipamiento es uno de los mayores obstáculos: no se puede contar con una sola hidrogrúa para cubrir toda la jurisdicción, lo cual dificulta tareas básicas como el mantenimiento del alumbrado público. Además, la ausencia de redes cloacales obliga a depender de un único camión atmosférico para atender todo el municipio, lo que resulta claramente insuficiente. Si las gestiones anteriores se hubieran preocupado, hoy estaríamos planificando y no resolviendo lo que antes no se hizo.

¿Cómo proyecta la gestión para 2025 y qué desafíos enfrenta?

Seguiremos invirtiendo en infraestructura y calidad de vida para los vecinos. Los sueldos se pagan en tiempo y forma, los servicios mejoraron y pudimos destinar recursos para las inversiones en obras, como así también en equipamiento del parque automotor; compramos una motoniveladora, y otros equipos que estamos por adquirir. Vamos a pavimentar calles. Nuestro objetivo es generar oportunidades. Es fundamental que el municipio crezca de manera ordenada y que los recursos se usen para el progreso de Quijano, con transparencia y eficacia.

¿Qué opina de las gestiones que se enfocan en el asistencialismo?

–El asistencialismo debe ser para casos críticos, no una solución permanente. No fomenta el crecimiento. Lo esencial es invertir en desarrollo para que las personas puedan ser autosuficientes. Se deben generar condiciones que permitan a las familias salir adelante.

¿Como dirigente joven de la política salteña, ¿qué opina de la vieja política y el cambio generacional?

– El votante no se identifica con un partido o un sello político; se identifica con personas que pueden cumplir expectativas y generar cambios. Esta nueva generación de políticos, de la que me incluyo, no está atada a la derecha o la izquierda. Nos adaptamos a las necesidades del momento y proyectamos un futuro basado en oportunidades reales. El asistencialismo es algo que no va a desaparecer, pero la política no debe enfocarse únicamente en eso. La gente demanda transparencia y progreso, y es nuestra responsabilidad devolverle a la política la confianza de la gente.

¿Cree que los aspirantes a intendentes deben tener una preparación especial?

– Sin dudas. Hoy los cargos ejecutivos necesitan políticos preparados técnica y políticamente. La municipalidad no es una empresa privada, pero se requiere una gestión eficiente de recursos. No hay margen de error. Es necesario contar con una formación técnica que permita tomar decisiones acertadas, pero siempre acompañada de una mirada política que tenga un plan claro y experiencia en la toma de decisiones.