En el corazón del Chaco salteño, a 50 kilómetros al sur de la localidad de Morillo, se encuentra Finca El Paraíso, un campo experimental de la Universidad Católica de Salta que trabaja incansablemente para mejorar la calidad de vida de las comunidades locales. Bajo la dirección de Lisandro de los Ríos, la finca desarrolla proyectos ambientales y sociales que buscan recuperar el monte degradado, mejorar los sistemas productivos y fortalecer la educación y la salud en la zona.

La finca cuenta con 15 proyectos en ejecución, entre ellos uno de restauración de 250 hectáreas de quebrachos y algarrobos, considerado uno de los más grandes de especies nativas. También trabajan en la recuperación del monte, la implementación de sistemas de riego por goteo y la mejora de la sanidad animal.

"Queremos poder lograr que, para el 2040, esos lugares degradados que son peladares vuelvan a tener quebrachos y algarrobos", contó a El Tribuno Lisandro de los Ríos, director de Finca El Paraíso.

La finca no solo se enfoca en la producción, sino también en el trabajo social. Colaboran con las comunidades locales, criollas y originarias, para mejorar sus condiciones de vida. Les ofrecen capacitación en ganadería, huertas familiares y manejo de recursos hídricos. Según Lisandro de los Ríos, uno de los problemas más importantes de toda la zona es la falta de agua.

"Trabajamos con los pobladores de la zona, que son criollos y comunidades originarias, y hacemos un trabajo social muy fuerte, pero siempre con una mirada sustentable", dijo.

Trabajo social

La finca colabora con diversas facultades de la universidad, como Veterinaria, Ciencias de la Salud y Arquitectura, así como con organizaciones no gubernamentales y empresas privadas. Los recursos provienen, en gran parte, de fondos externos obtenidos a través de convocatorias.

Impacto humano

El impacto humano es significativo, con resultados visibles en la mejora de la calidad de vida de las comunidades. La finca busca involucrar a más facultades y universidades para ampliar su alcance. Además, el director de Finca El Paraíso destacó que continuamente surgen nuevos proyectos, ya que es un campo experimental que tendrá continuidad mientras exista la universidad.

"Siempre queremos ir más rápido porque hay una ausencia total del Estado. En la zona donde estamos no hay agua ni electricidad", resaltó. Aunque en los últimos años instalaron paneles solares en cada uno de los puestos, no hay atención médica permanente, caminos ni señal de celular en gran parte de la zona.

Asimismo, remarcó que las carencias son muchísimas, por lo que también trabajan con una escuela de la zona para mejorarla.

El Gran Chaco, el segundo bioma más grande de América del Sur, enfrenta una grave degradación ambiental. Entre los principales factores que impiden la recuperación del monte se encuentran las cabras. Sin embargo, un proyecto impulsado desde Finca El Paraíso busca cambiar esta realidad mediante la enseñanza y el manejo sostenible de estos animales.

La sobreexplotación de las cabras es un problema ancestral en la región. Para abordarlo, se está capacitando a los criadores en el manejo adecuado de los animales. Esto incluye la generación de pasturas, la construcción de corrales y la selección genética para mejorar la calidad de las cabras.

"La idea es que la gente pueda comprobar que es mejor tener menos cabras, pero de mejor calidad", explicó Lisandro de los Ríos. "Esto se traduce en una mayor productividad y menos daño al medio ambiente", agregó.

Desafíos

A pesar de los logros, la zona enfrenta grandes carencias, como la falta de agua y electricidad. La finca busca superar estos desafíos mediante la educación y la conciencia sobre el cuidado de los recursos. "La educación es fundamental para generar compromiso en el cuidado de nuestros recursos. Hace falta mucho más compromiso, pero para eso hace falta mucho más educación", finalizó el director de Finca El Paraíso.