Pese a la repercusión nacional que tuvo el caso de justicia por mano propia de vecinos del barrio San Justo de la capital salteña, nada se informó sobre la situación de los dos ladrones atados casi desnudos en la vía pública. Desde el Ministerio Público Fiscal se negaron a dar detalles sobre la detención de los ladrones o si hubo alguna actuación iniciada por el accionar del vecino. El caso quedó en manos de la fiscal penal 6, Elisa Pérez.

El barrio San Justo, en la ciudad de Salta, se convirtió en el centro de un debate nacional luego de que un vecino, Nicolás Alcalá, decidiera enfrentar por cuenta propia a los delincuentes que ingresaron a su negocio y lo desvalijaron. Alcalá logró reducir a uno de los delincuentes, lo ató a un poste de luz en la vía pública y lo dejó prácticamente desnudo, escribiendo en su pecho la frase "No robar".

El suceso, registrado en video por el propio Alcalá, circuló rápidamente en redes sociales, donde justificó su accionar alegando la inacción policial. "Lo que no hace la Policía lo hacemos nosotros, por rastrero", declaró en la grabación. El hombre acusó a un grupo de delincuentes locales, mencionando sus apodos y responsabilizándolos de la inseguridad en la zona.

El hecho generó gran controversia entre los vecinos, muchos de los cuales aplaudieron la valentía de Alcalá por defender su propiedad. El ladrón permaneció atado al poste hasta que llegó un patrullero, que lo trasladó a la comisaría.

Luego, Alcalá capturó a otro de los supuestos ladrones, con la ayuda de vecinos, repitiendo el mismo método: lo ataron a un poste mientras lo filmaban. "Ya van a caer los otros", expresó en el video.

El caso quedó bajo la jurisdicción de la Fiscal Penal 6, Elisa Pérez, quien está a cargo de la investigación. Desde el Ministerio Público Fiscal se negaron a dar detalles sobre la detención de los ladrones o cualquier actuación iniciada contra Alcalá, quien, con su acción, ha generado un amplio debate sobre los límites de la justicia por mano propia en un contexto de creciente inseguridad.

Este caso ha cobrado una repercusión nacional al exponer el dilema entre la justicia por mano propia y la inseguridad creciente en diversas zonas del país. Mientras algunos vecinos y usuarios en redes sociales apoyan las acciones de Alcalá como una respuesta desesperada ante la falta de protección, otros advierten sobre los peligros de este tipo de medidas, que pueden desatar situaciones violentas e ilegales.