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Jannet Javier es profesora de cocina y repostería en la escuela San Ignacio Loyola,e en la localidad de Cerrillos, y junto a sus alumnas preparó las ofrendas para la mesa del Día de los fieles difuntos y nos contó cómo se prepara la mesa, cómo se realizan las formas y el significado de cada una de las figuras.
31 DE Octubre 2024 - 17:28
Jannet Javier es profesora de cocina de repostería. Tiene 51 años y desde siempre, la mesa en honor a los fieles difuntos estuvo. La tradición de recordar a los fallecidos de la familia, con las comidas que más les gustaba, con una golosina, un vino, una flor, es una vivencia que forma parte de la vida de Jannet y que hoy como docente en la escuela San Ignacio Loyola en Cerrillos, le transmite a sus alumnos.
“Trabajo en la escuela San Ignacio de Loyola hace 12 años y esto de armar la mesa en memoria de nuestros muertos surgió de lo aprendido de mi madre. Ella me enseñó a poner todo esto y entonces decidí compartir estas tradiciones a mis alumnas”, contó la profesora en el aula cocina de la escuela, junto a sus más de 20 alumnas, cada una con las manos cubiertas de harina, preparando las ofrendas y aprendiendo que significa cada una de ellas.
La escalera, los ángeles, la figura del hombre, la de la mujer, el perro, la corona, cada una de estas formas realizadas en masa dulce o salada, tienen un significado en la mesa, y en el corazón de quien las ubica ante las fotos de sus difuntos.
Jannet también arma la mesa para sus seres queridos en su casa, y recuerda que más de unav ez, su mamá le decía que no importaba si no estaba toda la comida con la que uno quisiera recibir a sus sere queridos, “aunque sea agua agua y una vela que ilumine el camino, es suficiente”.
Es la misma preparación que se usa para el pan bollo, solo que en esta ocasión se arman las ofrendas.
Horneado: 20 minutos.
En el caso de la figura del hombre, representa los difuntos masculinos de la familia, y se los recuerda marcando sus facciones, si tuvo barba o los ojos, pintando estas formas con colorantes,una vez terminada la cocción de la figura.
En otras épocas, recuerda Jannet, cuando los materiales de la repostería eran pocos, el dibujo del rostro de las figuras se hacía con carbón.
“Ahora tenemos nuevas técnicas y todo se puede hacer mucho más lindo y vistoso”, expesó Jannet.
La mujer también que se representa con una figura con faldas, los niños de la familia que ya no están.
La escalera no debe faltar en la mesa de ofrendas. Dice la tradición que por esta forma es que Dios le da permiso a los difuntos para que bajen. “Entonces ellos tienen que tener la escalera para poder bajar y para después volver”, explicó la profesora.
La figura del perrito, el acompañante de las almas.
La paloma, que simboliza al Espíritu Santo.
En el caso de tener niños en la mesa de difuntos, no deben faltar las golosinas, los postres, “las papas fritas”.
“Se debe colocar agua bendita, vino, gaseosa y pensar que estamos recibiendo a nuestros seres queridos, que vienen a una fiesta, donde compartiremos todo esto con ellos”, expresó Jannet Javier, que también recordó que muchas familias, ya en la mañana o en el mediodía del 2 de noviembre llevan estas ofrendas al cementerio para compartir con sus seres queridos.
“Ojalá que la gentes siga con estas tradiciones porque es lindo. Particularmente siento una emoción porque sé que yo no los tengo a mis papás pero los espero, para ofrecerles esto con todo mi amor”, confesó la profesora, mientras la producción de sus alumnas está casi lista para el armado de la mesa, la noche del 1 de noviembre.