En los barrios El Carmen, San José y San Rafael, en Rosario de Lerma, los vecinos padecen el infierno que significa vivir junto a un canal de riego que, lejos de beneficiar, causa problemas y divide la ciudad en dos.

El municipio ha intentado paliar los efectos de las lluvias mejorando calles y accesos en las áreas afectadas, pero cuando se trata de intervenir en el canal del consorcio de Riego de Río Corralito, la situación se hace muy compleja y difícil de conciliar, mientras los pobladores del lugar rezan cada vez que empieza a llover y a bajar agua por el canal que ha quedado en medio de las viviendas.

Es que el mantenimiento de dicho canal recae en este consorcio de riego y también en los responsables de los fincas cercanas, quienes se oponen a cualquier cambio en la infraestructura.

Para colmo, el controvertido canal conocido como Ceosa, cuyo objetivo inicial era administrar de riego a las fincas de la zona centro sur del Valle de Lerma, y el canal de desagüe paralelo construido por unos kilómetros hacia el río Rosario, no funciona como se esperaba hace unos 10 años atrás.

Estas dos situaciones se han convertido en una amenaza cada vez que la naturaleza hace su parte y las lluvias intensas llevan agua de forma descontrolada a través de áreas urbanas mediante este canal.

El intendente de Rosario de Lerma, Sergio Ramos, explicó a El Tribuno, que el canal de Ceosa que atraviesa algunos sectores de la ciudad, nunca fue terminado, dejando obras pendientes y un caudal que, en lugar de fluir adecuadamente, pasa por debajo de la estructura, inundando caminos y propiedades.

"A pesar de varios intentos de diálogo, los propietarios de las fincas circundantes, quienes deberían ceder espacio para completar el canal o realizar obras de contención, se han negado a dar su autorización, lo que ha frenado todo avance", aseguró el jefe comunal.

La misma situación es especialmente crítica en la zona de Villa Mercedes y la escuela Torino, al norte de esta ciudad, donde incluso hubo recursos judiciales para impedir el uso de otro canal".

Dos situaciones increíbles 

Cintia Berón mostró a El Tribuno su propiedad en B° El Carmen, apenas a tres cuadras del centro de la ciudad. El canal de riego divide su terreno y no puedo taparlo, porque fue amenazada por los administradores de este canal. "Ellos se benefician con el riego de sus tierras, pero no son capaces de ponerles loza a este canal que tanto nos perjudica. Es de hace años este tema, y el caudal del agua es peor cada vez que llueve"

Carlos Quiroga de B° San José se quedó sin fondos en su propiedad. Es el último en recibir el canal de riego sobre la calle Alvarado antes de ingresar a una enorme represa. "Nadie respetó mis derechos. Los perjuicios son enormes en mi propiedad. No puedo tocar el canal de riego porque me denuncian, pero quién me soluciona mi problema?", preguntó.

Aplicarán mecanismos legales para una solución

Años de desidia y la falta de un acuerdo administrativo condenaron a cientos de vecinos a convivir con el riesgo permanente de inundación, cada vez que el canal de riego empieza a drenar el agua de las lluvias de las zonas mas altas.

"Los vecinos no pueden esperar más", enfatizó el intendente Sergio Ramos. A pesar de la buena disposición de algunos propietarios de tierras, como Carmen Usandivaras, quien cedió parte de su terreno para obras de desagüe, el problema persiste.

Otros propietarios, en cambio, aún se resisten, y esto impide realizar intervenciones fundamentales para la seguridad de los habitantes.

Ante tal situación el jefe comunal advirtió sobre una intervención directa. "Si no se llega a un entendimiento, el municipio explorará otras medidas legales para asegurar que este canal y otros desagües cumplan con su función". Ramos enfatizó que "no tenemos miedo de actuar en beneficio de los vecinos; resolveremos este problema, cueste lo que cueste".