"Nos vamos a poner a disposición para trabajar todos juntos en la reconstrucción del lugar", dijo el gobernador Sáenz sobre el Mercado San Miguel. Lo cierto es que ese lugar no puede funcionar como hasta ahora y en el país existen modelos que se pueden imitar.

El Mercado Concentrador del Neuquén (MCN) es un mercado modelo para el resto de los distritos del país en cuanto a la comercialización de frutas y verduras. Es un verdadero polo agroalimentario que se caracteriza tanto por el orden y la cuidada presentación de sus puestos como por su planificada infraestructura de servicios.

Tiene una amplia playa de productores que abastecen al mercado local y regional y cuenta, dentro de su predio con oficinas integradas del INTI y el SENASA. En tres naves bien diferenciadas, cientos de puestos ofrecen una variada oferta Agroalimentaria que combina, a través de ágiles corredores, con una ordenada disposición de locales gastronómicos y de otros rubros.

De hecho, en julio de 2021, funcionarios del gobierno de Salta recorrieron las instalaciones del MCN y manifestaron a su presidente, Guillermo Koenig, que en despachos del Grand Bourg se evaluaba la posibilidad de establecer en Salta un mercado concentrador basado en el modelo neuquino de gestión público-privada.

Los mercados centrales de Córdoba y Mendoza son otros buenos modelos para tener en cuenta a la hora de ordenar y realzar el atractivo de un centro de abasto como el Mercado San Miguel, que guarda en el cuadrante de Urquiza, Florida, San Martín e Ituzaingó memorables páginas de la memoria histórica, social y cultural de la ciudad de Salta.

El mercado de Mendoza, con acceso principal sobre avenida Las Heras, está integrado al principal circuito turístico de la capital cuyana. Sus prolijos puestos exhiben frutas, carnes, pescados, mariscos, panificados, quesos y fiambres. Las visitas al histórico edificio, que se remonta a los tiempos de la llegada de ferrocarril e inmigrantes europeos, proponen una parada en su acogedor patio de comidas con opciones de fast food hasta platos gourmet.

Una cómoda playa de estacionamiento techada y un pequeño museo enrejado con objetos y mobiliario antiguos completan la más que interesante experiencia de surcar sus recovecos cargados de historia.