Transitar por el tramo urbano de la ruta nacional 68 a la altura de Cerrillos es caótico. Al profundo deterioro de la cinta asfáltica, se suma que el libre estacionamiento en ambas manos lo que reduce aún más la ya estrecha calzada.

La problemática tiene múltiples causas:

• El tránsito creció de manera exponencial en los últimos años
• También la circulación de vehículos de gran porte
• El pésimo estado de las calles y de los semáforos
• La irresponsabilidad de los conductores
• La falta de planificación vial.
• Las altas velocidades a las que circulan autos, camionetas, camiones, coletivos y, principalmente, motocicletas

No solo es un padecimiento para quienes circulan en vehículos, tanto vecinos como turistas, sino también para los peatones. Existe un solo semáforo peatonal, que funciona a medias.

Si se quiere atravesar la ruta (Av. General Güemes y Av. SanMillán) en otros puntos, la gente no solo pone a prueba la paciencia, ya que la empresa puede tardar varios minutos, sino también arriesga su integridad física.

La situación hoy exige que se declare una “emergencia vial” en el municipio, que ayude como se dice vulgarmente a “barajar y dar de nuevo”. Cabe esta posibilidad en aquellas circunstancias que generan un inminente peligro de interrupción del tránsito o que ponen en riesgo a los usuarios.

Rever el mapa vial, planificar los accesos a los diferentes barrios y generar condiciones mínimas para una circulación segura, no puede postergarse.

Comerciantes de la zona señalan que los accidentes son moneda corriente y que no hay víctimas fatales de “milagro”.

Frente a este peligroso cóctel lo que menos espera el vecino es que se generen disputas político partidarias, muy por el contrario, hoy exige madurez y que todos los sectores tomen cartas en el asunto.

Es una buena oportunidad, además, para que el Concejo Deliberante aborde con decisión uno de los grandes flajelos del municipio y tenga el protagonismo que le correponde como institución y que ha perdido hace ya muchos años.

La ruta 23 (Av. San Martín), un párrafo aparte

La avenida San Martín, tramo urbano de la ruta provincial 23, que nace en la intersección con la ruta nacional 68 y termina en la conocida “Calle Canal”, Camino a Rosario de Lerma, está prácticamente “dinamitada”.

“Esquivar un pozo es tragarte otro dos. Son en0rmes y profundos. Romper una rueda es muy fácil. Además el paso a nivel está imposible de atravesar”, contó Alberto, vecino del lugar.

El tramo de no más de 600 metros necesita de la urgente atención de Vialidad de la Provincia.