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Colectivos de Saeta, vacíos por la ciudad. Fotos: Javier Rueda
Desde que subió a 490 pesos por boleto, los trabajadores migran hacia otras formas de transporte.
12 DE Marzo 2024 - 11:14
Desde que aumentó el costo del boleto y se fue a 490 pesos (4 de marzo) se registra un fenómeno innegable: cada vez hay menos trabajadores que viajan en los colectivos de Saeta. Acá no se habla de policías, penitenciarios, militares, escolares; hablamos de enfermeros, docentes, oficinistas, domiciliarias, mercantiles y autónomos que salen día a día a ganarse el peso como sea.
Hablamos de los que tienen que pagar casi mil pesos para ir y volver al centro o cruzar la ciudad.
Entonces en la Universidad Nacional de Salta se vio una postal nunca antes vista que son los bicicleteros llenos de velocípedos estacionados en la casa de altos estudios. Pero el tema es que las bicicletas son de los alumnos, pero también de los trabajadores docentes y no docentes que están viendo formas alternativas al transporte público de pasajeros para acudir al lugar de trabajo.
Pero no toda medida ayuda a la ecología. Los trabajadores de oficinas, aquellos que tienen los horarios fijos de entrada y salida están organizándose por zonas para viajar, en grupos, en automóviles particulares. Para 4 trabajadores que viven en zona norte o zona sur conviene pagar la nafta por semana para ir y volver al centro. Porque para ir y venir, de lunes a viernes, un trabajador paga 5 mil pesos. Los 4 pagarán 20 mil pesos en total, y ese monto es casi medio tanque que sobra para ir venir. Con dos semanas pagan un tanque y van y vienen todo el mes. Esas cuentas ya están en boca de todos; mejor si es un automóvil con GNC. Por ahora es la solución que tienen muchos, porque aún no se cuenta el mantenimiento del vehículo que se utiliza en el mediano y largo plazo.
Los trabajadores tampoco piensan en el taxi o en el remis cuando las tarifas subieron un 56 por ciento en un solo escalón. Para ir desde algún barrio de zona sur al centro cuesta 6 mil pesos y para 4 compañeros es entonces más caro que ir en colectivo. Los remiseros aseguran que los viajes se redujeron hasta un 30 por ciento desde la actualización tarifaria. Al día de hoy se necesita más de un millón y medio de pesos para que un remise comience a funcionar. Entonces los márgenes de ganancias son tan mínimos que ocasiona que muchos automóviles estén dejando de funcionar como tales. Con la cantidad de impuestos y requisitos que se pagan, los trabajadores del volante siente que están trabajando para un Estado que no les retorna nada. Con todos esos datos ya se puede armar otro informe.
Por otro lado, hay algunos "remises truchos" o "compartidos" que comenzaron a funcionar por estos días, pero que con los controles de la AMT (Autoridad Metropolitana del Transporte) se dificulta su proliferación. Por ahora no son un factor significativo.
"Yo a simple vista veo que desde que aumentó a 490 pesos el boleto bajó la cantidad de gente que viaje. Yo doy testigo que todos los días sube menos gente. Lógicamente que no lo podemos cuantificar porque esos datos los tiene Saeta", dijo un chofer de colectivo.
Desde Saeta sólo pueden brindar esos números duros recién cuando termine el mes porque las máquinas tienen esos registros. Habrá que esperar a que termine marzo para saber saber en qué medida los trabajadores utilizan cada vez menos el transporte público de pasajeros.
Ahora bien, sólo falta esperar a ver si llega otro aumento en donde dicen que el boleto podría superar fácilmente los 600 pesos pesos tras “romperse la ecuación económica” con el Gobierno Nacional, y con la eliminación del fondo compensador al transporte.
No sólo en la ciudad se ven menos pasajeros. En los colectivos de La Silleta, Campo Quijano y La Merced no hay gente de fiesta. A pesar de que pagan 490 pesos, el servicio disminuyó mucho su frecuencia y entonces comienzan a buscar las alternativas porque las demoras pueden ser de 40 hasta 90 minutos.
Hoy, El Tribuno publicó la historia de la maestra Ivana Colque que vive en Guachioas y decidió no continuar buscando empleo como docente lejos de casa, ya que el costo del transporte hace imposible ir a trabajar. Como Guachipas no forma parte del área metropolitana, el precio del pasaje subió de 2 mil a $7500 por tramo. Esa trabajadora necesita todos los días 15 mil pesos para ir y volver, de Guachipas a Salta. Necesitaría $75 mil semanales y unos $375 mil mensuales solo en transporte para trabajar. Eso es impracticable.
Acompañantes terapéuticas, personal de limpieza en casas particulares, niñeras, entre otras, se vieron muy afectadas por la suba de los precios del boleto. Casi todas toman un colectivo para ir y voler a trabajar. La pago de la hora pasó de 1200 pesos a 1500 en lo que va del año, para aquellas que están registradas. Pero se debe decir que en muchas casas, a muchas les pagan menos que eso y en algunos casos hasta 600 pesos la hora. Por lo que la ecuación no cierra ya que se está trabajando por más de 3 horas sólo para pagar el transporte.
Así las cosas, cada día más se hace difícil acudir al lugar de trabajo en Salta.
Volviendo a las bicicletas,el negocio de ahora es tener una bicicletería. Desde enero, desde que se preparaban los Reyes Magos, los bicicleteros de la ciudad de Salta comenzaron a trabajar como en los viejos tiempos.
Ya se sabía que el boleto pasaba de 110 pesos a 490 en menos de tres meses. Es brutal el aumento cuando se lo escribe, porque además los sueldos no aumentaron el 500 por ciento. Es obvio lo que iba a pasar y muchos salteños comenzaron a buscar esas viejas bicicletas tiradas en los rincones chatarreros y las llevaron a los bicicleteros para el rearme.
"Acá se puede gastar entre 20 y 30 mil pesos reacondicionar una bicicleta vieja simple. Cubiertas, cadena, engrase, frenos, pedales, piñones y mano de obra sale eso. Si uno la usa luego para ir a trabajar se amortiza en un mes ", dijo un experimentado bicicletero de zona sur.
Ahora bien, los turnos en los bicicleteros son más solicitados que en la Anses y para un servis hay demoras de hasta dos días.