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Legislatura salteña de madrugada. Fotografías de Archivo
Una advertencia: los leones en el pórtico de acceso simbolizan las fuerzas protectoras que buscan combatir las influencias malignas. El edificio fue construido a mediados del siglo XIX.
31 DE Marzo 2024 - 06:37
El edificio de la Legislatura salteña, de Mitre 550, se encuentra custodiado por 22 leones que representan -de acuerdo a los significados iconográficos- el poder, la justicia y el valor. Sin embargo, su presencia también hace referencia a fuerzas protectoras que buscan combatir las influencias malignas. Y dos de los felinos están apostados en el pórtico de acceso, como una advertencia.
El edificio fue construido de acuerdo a los gustos y costumbres de mediados del siglo XIX, con claustros sombríos, amplios corredores y ambientes solemnes, detallan los historiadores. El palacio esconde secretos que algunas personas que lo frecuentaron no olvidarán jamás.
Juan Angel, quien vivía allá por los años 60 en Rivadavia al 900, contó a El Tribuno: "Antes la Legislatura estaba rodeada por un enrejado parecido al de la Escuela Normal. Cuando éramos chicos nuestros padres nos decían que de noche no pasemos por esa vereda, porque asustaban". Recordó, además, que solían escucharse gritos y ruidos como de peleas, sobre todo en el subsuelo donde estaba la biblioteca o mejor dicho, el depósito de la biblioteca. Dicen que también allí, en otras épocas, se encontraban los calabozos.
Cuentan también que, de madrugada, suelen escuchase pasos que hacen crujir los antiguos travesaños de quebracho que sostienen el piso del recinto, que por cierto es de madera.
"Siempre se tejieron muchas historias de este lugar. Los viejos empleados decían que antes de que exista el edificio, en este predio se libraron sangrientas batallas y se enterraron los cuerpos de los soldados que murieron", contó Fidel, secretario de una exsenadora cerrillana.
"Algunas noches, cuando la calma reina en el centro de la ciudad, murmullos y debates con acento de otros tiempos suelen oírse en el interior de las oficinas y en las galerías abiertas, que dan a los patios internos", recordó Pin, un antiguo empleado de la Legislatura.
El edificio tiene una dilatada historia. De acuerdo a datos documentales, desde su constitución en 1806 hasta 1889 funcionó en el Cabildo Histórico, frente a la plaza 9 de Julio, donde también se encontraba la Casa de Gobierno y el Palacio de Justicia.
Luego, el recinto se trasladó a instalaciones de la actual Central de Policía, en calle General Güemes, donde permaneció hasta 1902. Precisamente -de acuerdo a los relatos históricos-, ese año se terminó el actual Palacio Legislativo. Su construcción se había dispuesto en 1885.
Los planos fueron diseñados por el Ing. Fernando Solá y los trabajos dirigidos por don Francisco Righetti. Luego la obra le fue confiada al Ing. Vicente Arquatti. A partir de su inauguración, la Legislatura funcionó en Mitre 550 donde compartía espacio con los poderes Ejecutivo y Judicial, hasta que la Casa de Gobierno se trasladó a Buenos Aires 177 (1940) y el Poder Judicial a Sarmiento esquina Belgrano ( en el año 1961). A partir de entonces el Palacio de Gobierno pasó a ser el actual Palacio Legislativo o llamado la Casa de los Leones.
Fueron muchas las generaciones de salteños que desempeñaron allí diferentes funciones de gobierno y no menos las que dejaron gran parte de sus vidas entre sus paredes. "Hoy se resisten a abandonar el lugar y se manifiestan de tanto en tanto, como si intentaran retomar sus antiguas tareas", cuentan los entendidos en la materia.
Los testimonios que dan cuenta que en el Palacio Legislativo ocurren cosas extrañas son innumerables. José de Guardia de Ponté, historiador que pasó cerca de 40 años de su vida laboral entre sus muros y arcos de medio punto, contó en su momento: "Mucha gente fue testigo de fenómenos paranormales o al menos muy extraños. A mí, sin ir más lejos, me pasó en el año 1998 algo muy raro".
En su relato, el hombre recordó: "Eran las 3 de la madrugada. Volvía de una reunión social. Paré en la esquina de la Legislatura a comer una hamburguesa. Cuando levanté la vista, vi enfrente las luces prendidas en la sala de taquigrafía. Era extraño. Busqué a los guardias y les pregunté quién podía estar a esa hora. Fueron terminantes: ¡No hay nadie! A uno le pedí que vaya a ver, pero me respondió 'ni loco', si querés vamos juntos".
Ponté continuó: "Fue así que subimos las empinadas escaleras y una vez arriba comprobamos que estaba todo prendido, pero en ese mismo momento se produjo un apagón. El 'julepe' que nos pegamos fue mayúsculo, estábamos completamente a oscuras y nos faltaron piernas para llegar a la vereda".
Otro hecho que conmocionó a algunos empleados fue la aparición del fantasma de un expresidente de la Cámara de Diputados que había fallecido hacía unos cinco años, al momento de ocurrido el contacto paranormal. "Estaban los changos en las oficinas de la presidencia, como a las 8 de la mañana. De pronto se abre la puerta y entra este hombre de traje, directo y presuroso hacia su despacho. Quedaron todos mudos y llamaron a seguridad. Revisaron el lugar y no había nadie. Para asegurarnos les mostramos una foto del finado y confirmaron que se trataba de él", detalló Guardia del Ponté.
En el repaso sobre las experiencias de ultratumba, Guardia Ponté señaló que era muy frecuente escuchar en las noches silbidos dentro del recinto que recuerdan melodías del Payo Solá, de Daniel Toro y del Cuchi Leguizamón, entre otros.
"Otro tema fue el ascensor del área de Presidencia. Los guardias afirmaban que subía y bajaba toda la noche hasta que se rompió. Atribuían este fenómeno a travesuras de las almas en pena. El ascensor dejó de funcionar definitivamente por desperfectos allá por el año 1987", recordó el salteño.
Por otra parte, puso de relieve testimonios que escuchó de los guardias y serenos sobre el espectro de una mujer que deambula por las galerías y los pasillos con un niño. "La describen como vestida de época y anda por las noches con el chiquito de un lado para el otro", concluyó Del Ponté.