Mauro Ramos, o simplemente "Mau", es un artista salteño que suele recuperar espacios con sus murales: ya homenajeó a Los Redondos a pocos metros de donde fue su primer show, recordó a las víctimas del ARA San Juan y en cada Clásica 1º de Mayo, pinta mientras se disputa la histórica carrera ciclística. En esta oportunidad, en conmemoración del Día de la Mujer, pintó a "La Moro" en una popular esquina de la capital.

El artista ultima detalles para que el mural amanezca este 8M completamente finalizado en una de las seis esquinas que se encuentran en la intersección de avenidas Córdoba e Independencia, donde está la "triple frontera" de los barrios Ceferino, Vª San Antonio y Hernando de Lerma. 

En diálogo con El Tribuno contó cómo surgió la obra y por qué decidió homenajear a Noemí Cristina Laspiur. "Una noche cenando con mi pareja Luciana Guerrero, pensamos a quién se podía homenajar este 8M. Apelando a los amigos de siempre y a los vecinos que me ayudaron a financiar la obra, se pudo hacer".

Hernando de Lerma, el barrio de La Moro

"Sentí que era una obligación de hacerlo porque La Moro es una mujer muy importante en el arte salteño y quizás no es tan reconocida. Además ella es del barrio, de aquí, Hernando de Lerma y nos pareció una buena idea", sostuvo a este medio.

La Moro está sentada con la guitarra en mano, rodeada de vasijas, un gran racimo de uvas y el paisaje característico del norte.

"Estuve averiguando bastante sobre ella, a través de notas periodísticas y me gustó una declaración que decía que escribía canciones que le gustaría que le canten a ella. Se pone del lado de la mujer al mostrarle al hombre qué es lo que les gusta a ellas", añadió.

"Lo importante es resaltar a nuestros comprovincianos. Es un pequeño mimo que ojalá les llegue a sus familiares, amigos y a quienes la admiraron y aún admiran". 

"El muralismo levanta espacios"

La elección de esa esquina no es casual: es la entrada y salida de tres barrios populares salteños y también tuvo la aprobación del dueño de la vivienda "que ahora quiere que le pinte toda su casa, que renazca. Esa es la idea, el muralismo levanta espacios".

Y en ese cruce de tres barrios y seis esquinas, Mau no solo se siente a gusto porque es vecino de la zona, sino que además, sostuvo "hay mucha gente solidaria que colabora y presta sus escaleras, entre varios compran tarros de pintura que hoy cada uno no sale menos de 10 mil pesos (y en gastos ese mural tiene un costo superior a $100 mil). Esta zona está vinculada a la prostitución y a las drogas, pero es mucho más que eso".