En noviembre, Roxana Nario recibió la confirmación de su preselección para unirse a “Las Cyborg”, el equipo nacional de fútbol femenino de amputadas. Gracias a un kinesiólogo, se enteró de la convocatoria y decidió embarcarse en esta emocionante aventura.

La mujer debió ser amputada de su pierna derecha hace cuatro años a raíz de un tumor benigno que la aquejaba fuertemente todos los días. Desde entonces y hasta ahora, no se dejó vencer, siempre muestra una sonrisa, está trabajando en una pizzería y destaca el acompañamiento de su familia en todo momento. 

La salteña remarcó que conoció al equipo "Las Cyborg", del cual forma parte actualmente, gracias a uno de sus kinesiólogos, quién le comentó que estaban en la búsqueda de mujeres para formar parte del equipo y participar en el mundial de Colombia. A pesar de los desafíos logísticos, Roxana y sus compañeras, provenientes de diversas provincias como Córdoba, Chaco, Santiago del Estero y Buenos Aires, se reúnen mensualmente para entrenar juntas. "Buscamos un lugar que nos quede medianamente cercano a todas", explicó Roxana a El Tribuno. Estos entrenamientos grupales son cruciales para fortalecer su rendimiento físico, ya que los partidos requieren un gran esfuerzo al jugar sin prótesis y con bastones de apoyo.

El compromiso de Roxana va más allá de los entrenamientos mensuales. Cada jugadora debe cubrir los costos de traslado, reservando sus pasajes con un mes de anticipación para aprovechar los cupos limitados y gratuitos disponibles para personas con discapacidad. Este esfuerzo refleja su dedicación y pasión por el deporte.

Un viaje de superación personal

La jugadora salteña es técnica en laboratorio, aunque actualmente no ejerce su profesión. Trabaja por las tardes en una pizzería de la zona sur de Salta, y su mayor anhelo es poder desarrollarse plenamente en su campo. Hace cuatro años, enfrentó un desafío muy fuerte en su vida cuando un tumor benigno pero agresivo en su rodilla llevó a la amputación de su pierna. "Hace cuatro años me amputaron la pierna. Tenía un tumor en la rodilla, era benigno pero muy agresivo", recordó Roxana. El pasado 12 de mayo, conmemoró el cuarto aniversario de su operación, reflexionando sobre su increíble transformación: "Es increíble cómo son los cambios de la vida, hace cuatro años estaba tirada en una cama y mirame ahora, preparándome para jugar un mundial”, enfatizó.

Ella asiste a un centro de rehabilitación dos veces a la semana, donde recibe atención médica. En Córdoba, durante uno de sus entrenamientos, notó una mayor inclusión de personas amputadas, lo que le dio un impulso adicional para seguir adelante. Aunque nunca había jugado al fútbol antes, el año pasado decidió buscar un deporte para practicar y se decidió por éste. "Estoy aprendiendo, pero vamos bien", enfatizó con una sonrisa.

Preparativos para el Mundial

La emoción de Roxana por el Mundial es palpable. A pocos meses del evento, se enfoca en mejorar su juego y su condición física. En Salta, entrena en la cancha de Camioneros los lunes y martes por la tarde, fortaleciendo su desempeño individual. Además, trabaja en mejorar su alimentación para estar en la mejor forma posible para la competencia.

El Mundial Femenino de Amputadas se llevará a cabo en Barranquilla, Colombia, del 2 al 11 de noviembre. Las reglas de este torneo destacan que los partidos se juegan en una cancha de 60x40 metros, con equipos conformados por siete jugadoras, incluida la arquera. Una particularidad es que la arquera no debe tener ningún miembro superior, y todas las jugadoras compiten sin prótesis y con bastones de apoyo.

Un futuro lleno de esperanza

La historia de Roxana Nario es un faro de esperanza y superación para muchos. Su viaje desde enfrentar una amputación hasta representar a la Argentina en un escenario mundial es un recordatorio de que con determinación y coraje, cualquier obstáculo puede ser superado. A medida que se prepara para el Mundial, lleva consigo no solo sus sueños, sino también la inspiración de quienes ven en ella un ejemplo de perseverancia y fuerza.