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Viven en Campo Quijano. Se habían postulado para adoptar en 2019 y un año más tarde, en plena pandemia, les informaron que iban a ser dos los niños que iban a llegar para cambiarles la vida. Concientizan sobre la importancia de adoptar.
25 DE Mayo 2024 - 18:27
La adopción debe ser un gesto de amor. Una responsabilidad asumida para toda la vida, entendiendo que, muchos niños sueñan con ser hijos. Existe un mito que adoptar un hijo en Argentina es imposible, que el proceso es difícil y se debe atravesar un duro camino burocrático, y se suele decir que no hay oportunidades para personas solas o que son del mismo sexo y se casaron. Cristian López y Eduardo Singh decidieron contar a El Tribuno su experiencia, siendo padres adoptivos de dos hermanitos. Ellos buscan que se fomente la adopción en Salta.
En el 2020, en plena pandemia, les llegó la noticia a Cristian y Eduardo de que iban a ser papás de dos niños, de 10 y 12 años, que eran hermanitos. Ello se habían inscripto en 2019 en el Registro de Adopciones. La pareja destacó que los chicos llegaron a sus vidas en septiembre y desde ese entonces todos los días son de constante aprendizaje.
Cristian y Eduardo hace 22 años que se conocen y decidieron casarse y formar una familia. Actualmente tienen sus dos hijos, cuatro perros y cuatro gatos. Algunas de estas mascotas fueron agregadas por los niños.
"Nuestra familia y nuestros amigos sabían de nuestro compromiso con la sociedad y con los demás", señaló Eduardo. La pareja confirmó que el mayor temor era contarle a sus sobrinos que querían adoptar, ya que eran los tíos queridos, comprensivos y en los cuáles podían confiar. ¡Chicos vamos a ser papás! expresaron cuando se enteraron que su carpeta fue aprobada y "nuestros sobrinos estaban contentos", señaló Eduardo sonriente. Agregó que, al momento de la inscripción, lo hicimos por una sola persona, "cuando nos llaman del registro y nos dicen que eran dos hermanitos dijimos: Dios manda, Dios ayuda y dijimos que sí", agregó.
M. L tiene actualmente 14 años y D. tiene 15 años. En el caso de la adolescente no anhela una fiesta de cumpleaños como quinceañera. "Nunca le gustó festejar su cumpleaños. Hay que entender que son chicos que les costó adaptarse a un ritmo social que aún hoy tratan de entender", indicó Eduardo. Por otra parte destacaron que a su otro hijo le gusta los deportes, más que nada el vóley. Además, el niño decidió hacer la catequesis y sus padres apoyaron su decisión de formarse para recibir los sacramentos católicos.
Hoy en día, los chicos ya están totalmente integrados a la familia, pero tuvieron que superar muchas etapas. Llegaron sin escolaridad y carentes de mucho afecto. M.L está cursando el primer año del secundario; mientras que D. está en el séptimo grado de la primaria. "En tres años terminaron la primaria", destacó uno de sus padres.
Los hijos de Cristian y Eduardo son muy expresivos últimamente. A veces en el día a día los sorprenden y ellos los acompañan en cada paso que dan en sus vidas. Es así que, cuando llegan de sus trabajos, los chicos les preguntan cómo les fue y ellos se sienten gratificados. "Si miramos hacia atrás no podemos creer los cambios positivos que vamos notando en ellos", afirmaron. Cada uno de los integrantes de la familia tiene sus roles y actividades: los padres el acompañar y trabajar y los hijos estudiar y realizar las actividades que más les gustan, como los deportes y el compartir con los amigos.
Durante la entrevista en El Tribuno surgió la pregunta sobre cómo se abordan temas sensibles como sexualidad, noviazgos y amigos, a lo que ellos respondieron que los niños vienen de una realidad muy dura, de vivir en un hogar, carentes de afecto. Al respecto de estos temas siempre se dialoga en la familia y con sus sobrinos también. "En nuestra pareja, somos dos personas adultas que se aman", remarcó Eduardo.
En cuanto a controles y supervisión, Cristian informó que a los celulares de los niños se les integró una aplicación para revisar qué es lo que ven o donde están, para cuidarlos, no como algo invasivo sino más bien como un control parental, para evitar que caigan en situaciones inadecuadas por su vulnerabilidad. Remarcaron que en la familia lo que prima es el diálogo y que confíen para sentirse seguros en el seno de una familia.
Al consultarles sobre algunos requisitos y también algunos mitos, que ya están muy instalados en la sociedad sobre adopción, Eduardo Singh informó que quienes estén interesados en adoptar traten de quitarse todas las dudas y recurrir a los canales oficiales de adopción. "En Salta hay niños que esperan por una familia, por un hogar, por afecto y sentirse hijos", señaló.
En cuanto a los requisitos, los interesados en adoptar deben cumplir con la inscripción formal en el Registro de Adopción. Allí cumplen con un trámite administrativo ante la Secretaría Tutelar, que depende del Poder Judicial, el cual consiste en llenar un formulario y presentar documentación como DNI y certificado de residencia.
Cualquier persona puede adoptar, salvo que esté registrado como deudor alimentario. No hace falta estar unidos legalmente, en matrimonio o en pareja. Tampoco se requiere ser propietario o tener un ingreso determinado.