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Cada vez que se presentan enfermedades como las caries o una periodontitis, es una señal de que ocurren además otras afecciones de salud más graves.
31 DE Mayo 2024 - 17:30
La boca es uno de los hábitats más diversos del cuerpo humano. Contiene más de 700 especies conocidas de bacterias, además de levaduras, virus y algunos protozoos. Esta comunidad se conoce colectivamente como microbioma oral y, al igual que el microbioma intestinal, las bacterias de la boca desempeñan un papel importante en la salud. Algunas de las enfermedades más comunes causadas por cambios en el microbioma oral son las caries y las enfermedad de las encías (periodontitis).
Pero cada vez hay más evidencia que sugiere que el microbioma oral también está relacionado con muchas otras afecciones de salud graves que ocurren en otras partes del cuerpo.
Dado que el tracto respiratorio comienza en la boca y termina en los pulmones, quizás no sea sorprendente que un crecimiento excesivo del microbioma oral pueda provocar que estos microbios sean inhalados hacia los pulmones.
Esto suele provocar infecciones como la neumonía, una enfermedad a menudo mortal en los ancianos que se ha vinculado con una mala higiene bucal, lo que causa un crecimiento excesivo de bacterias orales como Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae.
Las investigaciones incluso han demostrado que la introducción de prácticas regulares de higiene oral y limpieza dental profesional en residencias de ancianos puede reducir el número de casos de neumonía en un tercio. También es importante mantener limpias las dentaduras postizas y los protectores bucales.
La mala salud bucal también se ha vinculado con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y una función respiratoria más deficiente, y esto está relacionado con cambios en el microbioma oral.
Una de las enfermedades del microbioma oral más comunes es la periodontitis crónica. Esta es una respuesta inflamatoria agresiva que destruye el hueso y los tejidos que sostienen los dientes, lo que eventualmente resulta en la pérdida de dientes. Esta enfermedad es causada por un crecimiento excesivo de bacterias que prosperan en el espacio entre las encías y los dientes debido a una mala higiene bucal.
Pero lo que ha desconcertado a los investigadores durante años es la fuerte asociación entre las enfermedades de las encías (gingivitis y periodontitis) y la enfermedad cardiovascular. El vínculo puede deberse a factores de riesgo comunes. Por ejemplo, las enfermedades de las encías y las cardiopatías son más comunes entre los fumadores. Otros han teorizado que las bacterias que causan enfermedades de las encías podrían viajar al corazón y causar una infección. Aún no se ha presentado ninguna evidencia convincente de este vínculo.
La enfermedad de las encías también desencadena una fuerte respuesta inflamatoria del sistema inmune. La inflamación es la forma en que el cuerpo aborda las infecciones. Esta resulta en la producción de células inmunes y señales químicas que combaten las infecciones. Pero demasiada inflamación puede ser perjudicial. Algunos investigadores piensan que la inflamación causada por la enfermedad de las encías podría dañar el sistema cardiovascular.
Un estudio demostró que el tratamiento de la enfermedad de las encías reducía los niveles de inflamación en el torrente sanguíneo y mejoraba significativamente la función arterial. Otros estudios también han demostrado que el tratamiento de la enfermedad de las encías reduce los niveles generales de inflamación en el cuerpo. Estos estudios demuestran cómo una enfermedad en la boca puede tener efectos significativos en la función de los tejidos en otras partes del cuerpo.
Y teniendo en cuenta que muchas personas viven con enfermedades de las encías sin tratarlas durante décadas, el potencial de impactos en la salud a largo plazo es significativo.
Se sabe que las bacterias orales viajan a través del estómago hasta los intestinos. Generalmente, nuestros microbios orales no están bien adaptados a este nuevo entorno y normalmente mueren.
Pero en 2014, dos estudios demostraron que algunos tipos de cáncer de colon y recto estaban fuertemente colonizados por una especie de bacteria llamada Fusobacterium que normalmente se encuentra en la placa dental. Ambos estudios también mostraron que la Fusobacterium tiene una alta atracción por las células cancerosas malignas. Esto se debe a que la superficie de las células cancerosas permite que la bacteria se una firmemente al tumor y lo invada. Múltiples estudios han confirmado ahora que la Fusobacterium puede colonizar tumores en todo el tracto gastrointestinal.
Las investigaciones también han demostrado que los pacientes con cáncer de colon fuertemente colonizado por Fusobacterium responden peor a la quimioterapia y tienen una esperanza de vida más corta en comparación con aquellos que no están colonizados. Esto puede deberse a que los tumores infectados con Fusobacterium son más agresivos y, por lo tanto, tienen más probabilidades de propagarse en comparación con aquellos que no están infectados con la bacteria. Se están realizando investigaciones sobre esta relación y sobre si las personas con riesgo de cáncer de colon y recto podrían ser vacunadas contra este microbio oral.
Uno de los vínculos más controvertidos entre la salud oral y las enfermedades tiene que ver con la enfermedad de Alzheimer. La periodontitis ha sido asociada con un mayor deterioro cognitivo en personas con enfermedad de Alzheimer. Pero dado que tanto la periodontitis como el alzhéimer están asociados con el envejecimiento, es difícil determinar si existe una relación clara de causa y efecto.
En 2019, investigadores presentaron evidencia de que los cerebros de personas con enfermedad de Alzheimer estaban colonizados con P gingivalis, una de las principales bacterias que causan enfermedad de las encías.
La idea de que el cerebro, una parte normalmente esterilizada del cuerpo, pueda estar infectado por bacterias orales sigue siendo muy controvertida y requiere más investigación. Al igual que con las cardiopatías, también se ha propuesto que la inflamación causada por la enfermedad de las encías es un factor impulsor de la enfermedad de alzhéimer en pacientes con mala salud bucal.
Aunque el impacto de una mala salud bucal parece abrumador, la buena noticia es que tenemos el poder de gestionar nuestro microbioma oral y prevenir enfermedades relacionadas con éste. Un buen régimen de higiene oral es fundamental. Esto incluye cepillarse los dientes dos veces al día y usar hilo dental con regularidad para controlar la placa y reducir la incidencia de caries y enfermedades de las encías. Si fumas, dejar el tabaco puede reducir en gran medida tus posibilidades de desarrollar enfermedad de las encías.
También vale la pena visitar a tu dentista o higienista cada seis meses para una limpieza profesional y un consejo de higiene bucal personal. Todo este trabajo no sólo mejorará tu sonrisa, sino que incluso puede añadir años a tu vida.