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Las piezas están dispuestas en un entramado de hilos que une diseños, autores, materiales y épocas diversos. La muestra está organizada para el disfrute de varios tipos de público como artistas, coleccionistas y familias.
9 DE Mayo 2024 - 20:55
Hasta el 15 de junio en el Complejo Museológico Explora Salta (La Florida 20), más precisamente en la planta baja Polo de Diseño Arias Rengel, se puede ver la exposición "Cucharas, un homenaje material al más generoso de los utensilios". La entrada es libre y gratuita.
"La cuchara tiene la forma más amable y generosa de los utensilios. Está presente para cocinar, comer y servir en muchas culturas. Sirve como unidad de medida, como instrumento fundamental para mezclar ingredientes. Con una cuchara se han preparado medicinas, pócimas y alimentos. Con una cuchara se come y también se da de comer", se afirma en la reseña que acompaña la muestra.
Con curaduría de Jimena Ríos, "Cucharas" es el resultado de la investigación de un grupo de alumnos de la Universidad de Cranbrook en Detroit (Estados Unidos) y de la formación integral en la joyería del taller Eloi, de Buenos Aires, cuyos integrantes resolvieron dedicar su último año de estudios a investigar material y formalmente la cuchara. A esto se sumaron piezas creadas por artesanos de Salta y por joyeros de todas partes del mundo.
Participan Yifei Zhu, Simone Ten Hompel, Suzanne Pugh, Chufei Yang, Eighteen (Yihan) Yuan, Ryan Seng, Iris Eichenberg, Ziqi Yuan, Xiaoxuan Li, Jayson Olson, Hankunyu (Vera) Wei, Fanni Somogyi, Paula Gallardo, Gabriela Marcos, Florencia Fernández Coll, Mariana Cazzulino, Val Vargas, Juliana García Bello, Tatiana Oudine, Ema Racket, Peter Bauhuis, Eija Mustonen, Manon van Kouswijk, Gésine Hackenberg, Valérie Larrère, Nicolás Stimolo, Sabrina Saladino, Gabriela Andreacchio, Jimena Ríos, María Crimella, Alexia Simsiroglu, Julia Miranda, Monique Lecouna, Majo Orellana, Luana Ferreiro, Lara Solia, Jimena Garrido, Melissa Iuzzolino, Munay Martínez, Dolores Mallea, Carla Cardarelli, María del Rosario Burgos, Carolina Hornauer, Verónica Jaquelina Guaymás, Albertina Chuca, Carolina Colmenero, Emmy Bright, Eric Perry y Laura Ferro.
"Ponemos la mesa con todas las cucharas que pudimos reunir para que entre ellas conversen y nos cuenten historias", es la invitación y el visitante comienza el recorrido contemplando un mural en el que una cuchara roja atraviesa distintas superficies y escenarios urbanos.
Así, complementa -y choca en el juego- un grafiti de Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas, los mastines ingleses de Javier Milei; se posa sobre un asiento de cemento donde alguien debería disfrutar su tarde de ajedrez al aire libre y en compañía, por supuesto; le adorna el simar al papa Francisco, inocente de la pegatina de una publicidad de servicios de tarot que alguien superpuso a su imagen del "papa de los argentinos"; le sirve de signo de exclamación a la leyenda "No al cierre. Incaa no se toca"; y de punto final a la misiva "A Caputo lo tenemos que matar", incluso es arrojada de manera descuidada por un par de cigüeñas en relieve que remiten a aquellas que hacen descender a los recién nacidos en el mundo... Si grafitis, murales y esculturas son una forma de expresión humana que han tomado parte desde el comienzo de los tiempos hasta la cotidianeidad contemporánea y urbana, ¿cómo cuestionar la presencia de la cuchara como elemento discordante cuando, como el arte, puede proporcionar un sentido de identidad cultural y promover un diálogo social y político sin fronteras?
Enfrente, un estudio pormenorizado sobre la cuchara demanda sus buenos y ricos minutos al visitante, que puede instruirse acerca de la funcionalidad, ergonomía y secuencia de uso, protocolo y etiqueta, geometría del cuenco, simbología, cultura, historia, evolución, materialidad y fabricación de este elemento.
"Sería inabarcable listar todos los procesos. La cuchara nos permite generar cada una de sus partes de infinitas maneras. Los materiales más comunes son bronce, plata, madera y porcelana, a los que se suman los materiales de para decoración que incluyen grabado, piedras, corales, marfil, esmaltes, etcétera. En este caso el diseño de la pieza dependerá de cada artesano, del encargo o de la función", señala el texto como prolegómeno, ahora sí, del entramado de cucharas que vendrán.
Muchas eminentemente decorativas como los cuencos hechos de líneas geométricas y sin fondo de plata empavonada forjados por Manon van Kouswijk; o las de bronce y madera de Gabriela Andrea Cchio, con los rostros sincrónicos de la comedia y la tragedia; o la cuchara bifronte ligada con una cadena a su mango, confeccionada en alpaca y placa por Tatiana Oudine y que desafía cualquier funcionalidad… El ojo artístico lleva el utensilio realmente al extremo como cuando Alexia Simsiroglu trabaja la resina para inculcarnos que a la consigna "redacción: tema la cuchara" puede responder con un utensilio de aspecto coleóptero… En fin, citarlas a todas sería inabarcable, pero, estimado lector, permítase la experiencia de visitar esta muestra, que transforma un espacio público en una zona vibrante y atractiva a la que cada quien le imprimirá sus colores y significados, como a todo buen grafiti o pegatina. Como aquel niño que le advirtió a su papá, cuando, mudos, terminaron de repasar las extensas mesas sobre las que están dispuestas las piezas, que faltaba Forky, el personaje animado de la saga "Toy Story" creada por Pixar, que, como las de la muestra, fue convertida en juguete -o en arte- por la niña Bonnie. Y contagiada por ese primordio embriológico y de infancia, esta cronista, al retirarse, empieza a canturrear: "La cuchara, viento en popa, cruza por un mar de sopa, oh, oh, oh...".