Poco más de un año y cuatro meses pasaron desde que el horror cambiara la vida de una familia en General Güemes. El 6 de febrero un conocido delincuente violó a una mujer y abusó sexualmente de su hija de un año, amenazándola de muerte. El sujeto, de 32 años, fue detenido y en las últimas horas el fiscal que trabaja en la causa, de la unidad de Delitos contra la Integridad Sexual 2, solicitó que el caso se eleve a juicio. Ahora será el juez de Garantías 4 el que deberá decidir si están dadas las condiciones para que el sujeto sea juzgado.

El hombre denunciado por el aberrante hecho, cometido durante la madrugada del 6 de febrero pasado en una vivienda del barrio San Isidro en General Güemes, llegará a juicio acusado de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el uso de arma contra una menor, abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma contra la madre de la niña.

Esa madrugada el imputado aprovechó que el marido de la víctima había salido a trabajar para ingresar a la vivienda por una ventana, antes había abierto una puerta de hierro. Mientras la mujer estaba en la cama junto a su pequeña, el delincuente se acostó sin que la víctima se percatara que no era su pareja.

Empezó a tocarla y cuando la dueña se percató que no era su marido pegó un grito y trató de salir de la cama con su bebé. En ese momento el abusador la agarró por la fuerza, comenzó a asfixiarla hasta que la mujer perdió el conocimiento. Luego el hombre agarró a la bebé y la sometió a tocamientos, y además del ultraje sexual, con un arma blanca amenazó con matar a la niña si se resistía.

El acusado volvió a tomar del pelo a la mujer y la arrastró hasta otra habitación, donde la violó. Mientras era abusada sexualmente sintió que su nena comenzó a llorar y el delincuente decidió darse a la fuga por la ventana de la pieza: "Si llamás a la policía voy a volver", amenazó mientras se iba.

Según manifestó la víctima, el hombre que la violó y abusó de su niña había ingresado anteriormente a su casa para robar un teléfono celular. Después de los hechos la vida de la familia cambió drásticamente. En su testimonio, el esposo de la damnificada señaló que, por temor, cuando sale a trabajar deja la casa cerrada con llave y cadenas para seguridad de su esposa y de su hija, quienes permanecen adentro.