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Florencia Herrera, doctora en ginecología y sexóloga, explica el origen de lo que se considera una patología y el porqué de las diferencias.
23 DE Junio 2024 - 19:07
Julieta nunca pensó que mostrar sus pies en un sitio web le generaría ingresos. En el vasto mundo de los fetiches, se abre un abanico de posibilidades para el disfrute, goce y placer sexual. Sin embargo, ¿qué es el fetichismo y qué relación tiene con las fantasías sexuales? Aunque estos conceptos a menudo se usan como sinónimos, encierran grandes diferencias que es crucial entender.
En una conversación con El Tribuno, Florencia Herrera, médica ginecóloga y sexóloga, aclara algunas de las definiciones médicas sobre preferencias sexuales y la búsqueda del placer.
“El fetichismo se podría definir como el deseo o la excitación que siente una persona hacia un objeto o una parte del cuerpo no genital”, explica la doctora. El fetichismo es una parafilia, una patología que puede llevar a una persona a excitarse o sentir placer sexual con algún objeto específico. Las causas de este comportamiento a menudo están relacionadas con conflictos o situaciones originadas en la infancia.
Según Herrera, esta tendencia puede surgir en la primera infancia, cuando una experiencia particularmente gratificante o desagradable con un objeto queda asociada con la excitación sexual. “Este evento en la infancia se convierte en una forma de expresión normalizada, buscando objetos similares para obtener satisfacción”, añade la doctora.
Diagnosticar a una persona fetichista no es sencillo. Herrera destaca que es raro que alguien acuda a consulta por esta razón, ya que este comportamiento se manifiesta en la intimidad. Una señal de alerta podría ser la ausencia de relaciones sexuales con otras personas, debido a que la excitación y satisfacción se obtienen exclusivamente de objetos, no de personas.
Identificar a una persona fetichista es complicado porque estos deseos suelen ser muy íntimos y no se comparten abiertamente. El fetichismo suele expresarse claramente a partir de la adolescencia, cuando se despiertan las hormonas. “La mayoría de las veces, hombres o mujeres fetichistas no desean vincularse con otros, y si lo hacen, pueden no alcanzar el orgasmo sin el objeto de su fetiche”, explica Herrera.
Sin embargo, existen casos de personas fetichistas que sí pueden tener relaciones sexuales, pero siempre involucrando el objeto de su fetiche. Esto puede llamar la atención de su pareja.
Es esencial diferenciar entre un encuentro fetichista y una fantasía sexual. “Tener una fantasía, como ver a mi pareja con lencería especial, es algo consensuado y sin daño. Es una experiencia aislada”, comenta Herrera. En contraste, el fetichismo implica el uso exclusivo y limitante de un objeto o parte del cuerpo para obtener satisfacción, afectando la vida y las relaciones de la persona.
Herrera subraya la importancia de conocer las conductas sexuales de la pareja para evitar daños o delitos. En una fantasía consensuada no hay daño, pero el fetichismo, si se lleva al extremo, puede generar dificultades en la vida y las relaciones de la persona.
Entender estos conceptos y sus diferencias es fundamental para una vida sexual saludable y plena. El fetichismo y las fantasías sexuales, aunque a veces se entrelazan, tienen implicaciones distintas que es importante reconocer y respetar.