Aunque son 19 espejos de agua, se la conoce como la Laguna del Cielo y está ubicada en medio de las Yungas en las Sierras de San Antonio, unos 10 kilómetros en línea recta al oeste de Tartagal. Pero llegar al lugar implica ingresar por Coronel Cornejo y tomar un antiguo camino y así el trayecto se duplica. Al lugar solo es posible ingresar caminando porque a pesar de la enorme deforestación que se produjo por décadas, el monte aún sigue siendo inaccesible porque la naturaleza una y otra vez vuelve a recuperarse, todo por obra de las lagunas que de manera constante -invierno y verano- mantienen inalterable la humedad del suelo.

A La laguna del Cielo no solo la rodean los cerros, sino también innumerables mitos. Un ojo del mar que no tiene fondo, un lugar donde habitan inmensos yacarés o animales desconocidos que acaban con quien se atreva a acercarse, son solo algunas de las tantas leyendas. Durante los meses de verano, cuando las lluvias son intensas y se extienden por semanas, los tartagalenses de antaño temían que la laguna se colmatara de tal manera que, al superar su capacidad, el agua bajara con toda la furia y arrasara con el pueblo ubicado al pie de los cerros y en línea recta.

Aquel 9 de febrero de 2009 cuando un impresionante alud bajó por el río que divide en dos a Tartagal y se llevó gran parte de la ciudad, muchos pensaron que esa temible predicción de los abuelos se había cumplido. Pero los mitos y leyendas, por fortuna, no pasaron de eso.

El viernes anterior un grupo de integrantes de la Secretaría del Agua de la municipalidad de Tartagal encabezados por el ingeniero Juan José Balderrama y guiados por soldados del Regimiento 28 de Infantería con asiento en Tartagal, que son baqueanos en el recorrido de esa difícil geografía del norte, partieron para conocer in situ la laguna mayor, la condición del agua que alberga y precisar si existe alguna posibilidad de que se sume como una fuente más para abastecer las poblaciones del departamento San Martín que padecen prácticamente todo el año del vital elemento y que por décadas han dependido básicamente de las lluvias para poder cubrir la demanda cada vez mayor por el aumento de la población de una de las regiones más cálidas del país, donde las temperaturas propias de verano se extienden prácticamente por 7 meses consecutivos.

Ambiente particular

La Laguna del Cielo es en realidad, un conjunto de 19 lagunas en plena selva y limitan al sur con Ballivián, al norte con el municipio de Aguaray y al oeste con el río Grande de Tarija. Pero mediante esta travesía, los técnicos de la Secretaría del Agua y los soldados del Regimiento Juana Azurduy llegarán solamente al primero y el más grandes de los espejos de agua que se ubica en línea recta, al oeste de Tartagal.

El ingeniero Rafael Astorga de la Secretaría del Agua, creada durante la gestión del intendente Franco Hernández Berni para abordar el que sin dudas es el problema más preocupante en todas las poblaciones del norte, precisó cuál es el objetivo de esta misión que partió en horas de la madrugada del viernes y hacia esa zona de Las Yungas y cuyo informe estará listo en los próximos días.

"Este viernes se ha hecho un traslado de reconocimiento de los caminos para determinar qué tanto se puede acceder con vehículos pesados o con camionetas y equipos para organizar una visita que pretendemos concretar con especialistas en el tema. El grupo llegará caminando para localizar exactamente a la más grande de las lagunas porque por la aplicación google maps no puede verse ya que está totalmente cubierta de vegetación. Se van a tomar muestras de varios sectores de la laguna para hacer los análisis para que mediante laboratorio se pueda determinar qué tipo de agua contiene la laguna, si puede o no ser potabilizada, y su condición desde el punto de vista físico y químico. Posteriormente avanzaremos con otros estudios pero eso será una vez que podamos permanecer en la zona por un par de jornadas de trabajo, contando con otro tipo de equipamiento".

Esta es la segunda visita al lugar con un fin investigativo

En la década del '80 un grupo de científicos con buzos tácticos, entre otros especialistas como entomólogos, zoólogos y ambientalistas, llegaron hasta la Laguna del Cielo para investigar esta porción de las Yungas y relevar su riqueza natural.

El despliegue fue impresionante en esos tiempos que el monte era aún más cerrado que en la actualidad. Las conclusiones científicas las llevaron los propios investigadores que durante una semana acamparon en esa región.

La travesía actual buscará llegar al lugar con otro tipo de tecnologías para determinar superficie, volumen y calidad del agua para consumo humano.

Esta vez se pretende conocer más sobre ese mítico lugar pero sobre todo darle a conocer a la población de más de 100 mil habitantes que reside al pie de las serranías, como es la población de Tartagal, todo lo que se pueda de este verdadero tesoro en materia medio ambiental; una intención más que propicia, justo este año que la ciudad cumple el centenario de su fundación institucional.