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Hace 12 años Margarita Quispe conoció el milagro de la Virgen de Urkupiña. Fue su suegra la que le presentó a la "Mamita", en un momento de su vida, donde todo dependía de la providencia divina.
11 DE Agosto 2024 - 19:10
Margarita Quispe vive en Cerrillos, y hace 12 años que realiza la novena de la Virgen de Urkupiña en su casa. En los primeros años, eran entre la familia. Los hijos, los sobrinos, hermanos, cuñados. Hoy, de a poco, los devotos de la Virgen se multiplican y se acercan con su fe a la casa de Margarita.
Su historia con la Virgen, tiene un nombre: Francisco. Su hijo menor, de 12 años, que nació bajo la estrella y los pedidos a la "Mamita".
"Hace 12 años, cuando quedé embarazada de Francisco, los médicos me dijeron que por mi edad, mi hijo no iba a nacer bien. Que no iba a poder caminar, que no hablaría, que tendría cientos de problemas de salud. Estaba tan mal, pasé todo mi embarazo con esa idea en la cabeza. Rezando, rezando por que mi hijito naciera bien. Ahí fue que mi suegra me dijo que le rece a la Virgen de Urkupiña, y yo lo hice. Mi hijo nació sin problemas. Ahí está caminando, jugando, va a la escuela. Todo bien. Y desde ese momento es que le hago la novena a la Virgen", contó Margarita, entre lágrimas y emoción, recordando lo que vivió hace 12 años atrás, y cómo todo aquello quedó como un mal recuerdo.
Desde el nacimiento de Francisco, es que Margarita no deja un año de rendir honores a la imagen de la virgen.
En su casa, se organiza el living de la casa para recibir a lo que quieran sumarse, y venerar por estas 9 noches la imagen de la Virgen de Urkipiña.
Hace 12 años Margarita llegó como invitada a la casa de su compadre. Como hoy llegan los devotos a su casa. Entre lágrimas, se arrodilló ante la imagen de virgen y le pidió por la salud de su bebé. Hoy el agradecimiento de ella es tan grande, que celebra a la virgen de Urkupiña sin mezquinarle nada. En cada oración, también está presente Francisco, que como su abuela y su mamá, es devoto de la virgen.
La imagen de la virgen que tiene Margarita fue un regalo de su compadre. "Hoy sigo agradeciendo a la virgen por mi salud, la de mi esposo, mis hijos y nietos. Hoy pedimos por la salud de mi cuñada. Sé que la 'Mamita' virgen le va a hacer el milagro", confesó Margarita que reúne todos los días a sus 11 nietos.
Desde el primer día de la novena, hasta el último día, Margarita, su familia y amigos rezan el rosario. Una vez que se termina el rezo el rosario, se sahuma a todos los padrinos, los vecinos, y después se les invita un plato de comida, una cerveza y gaseosa.
Después se baila una cueca en honor a la virgen.
Cuando se inicia la ceremonia se prende una vela, que debe terminarse al final de esta ceremonia. Sí no se termina, se espera hasta que se apague.
Con los años llegaron los padrinos, y los demás creyentes, que fueron convirtiéndose en padrinos, aquellos que no tienen su propia imagen.
El 15 de agosto, la imagen de la virgen que tiene Margarita es llevada la misa en la iglesia de Cerrillos, pero este año, la fiesta será el domingo 18, cuando sus hijos y familiares, están de descanso en el trabajo.
Todos los años, la virgen tiene un vestido nuevo, para ser celebrada.
En el altar de la casa de Margarita, también está la imagen de la Virgen de Urkupiña de su suegra Antonia. Ella era madrina de otra virgen desde hace años. Tras un viaje a Cochabamba, donde se ubica el templo original de esta advocación de la virgen, trajo su propia imagen.
Antonia no se olvidó de los pedidos especiales de sus hijos y nietos, y trajo los piedras del santuario. La tradición dice que estás piedras representan el pedido a la Virgen, el cual cuando se cumple, deben devolverse al santuario central en Cochabamba.
Este año, Antonia reza por la salud de su hija, todas las noches, y agradece todos los favores que la virgen de Urkupiña le cumplió a sus nietos.