En barrio El Sol, en Campo Quijano, la familia de Jacoba Aramayo trabajo, cada uno en su tarea, preparando la casa para la celebrar a la Virgen de Urkupiña. 

Jacoba es devota de la virgen desde hace un poco más de 10 años. La imagen de la virgen llegó a sus manos, durante una celebración a la que fue con su familia. 

Desde aquel momento, la Virgen es venerada, y con el paso del tiempo, la fe de Jacoba se multiplicó, de la mano de su nuera. 

"Desde que llegó a mi casa, siempre le hicimos la novena, y la celebrabamos entre nosotros. Todo en familia", contó Jacoba que tiene una fe increbrantable por la virgen de Urkupiña. A lo largo de toda una década, esta mujer le ha confiado su familia a la virgen. "No soy de pedir pero siempre recé porque mi familia tuviera trabajo, que estén bien, que puedan estudiar", recuerda esta mujer que recordó al instante que cuando surgió el problema de salud de su nuera, el primer pedido fue a la "Mamita". 

"Si se abre el corazón a la Virgen, ella es muy buena", aseguró Jacoba, frente a la mesa central que se convirtió en un altar, donde ya se suman 12 imágenes. Tres son de la familia, y las otras llegaron de la mano de sus vecinos. 

La fiesta, con los años

El primer año, la celebración a la Virgen fue en su trabajo. "Donde nosotros trabajabamos, nos daban la casa y ahí, todos los años nos reuníamos con la familia de mi esposo y mis hijos, para hacer la novena. Hace dos años que lo hacemos en nuestra casa", reflexionó Jacoba, que analizó que tal vez fue la virgen la que la ayudó a tener su casa, y un lugar para celebrarla. 

En 2023, cuando hizo la primera fiesta en la nueva casa, los vecinos se acercaron, comenzaron a llegar para sumarse al rezo de la novena, con sus imágenes. Y este año, son todavía más. 

Tal vez la historia de Mariana tenga que ver con todo esto. Hace dos años, esta joven mujer de 34 años fue diagnosticada con un cáncer terminal. 

"Cuanto tuve a mi bebé, a las semanas, y luego que reclamé los estudios, detectaron que tenía cáncer", contó Mariana entre lágrimas. 

El pedido por la salud

Después de tener a su segunda hija, Mariana detectó que algo ocurría en su cuerpo. Tuvo a su hija por cesárea y se realizó la ligadura de trompas. Pero en este proceso de recuperación, algo no estaba bien. Fue a la consulta y le dijeron que tenía una infección urinaria. Pero, pese al tratamiento que le dieron, la situación no cambió, así que asistió nuevamente al médico y reclamó un estudio más profunod. Fue ahi cuando detectaron que tenía un tumopr y fue derivada al hospital Materno Infantil. 

En la consulta, confirmaron que tenía cáncer y que el tumor tenía al menos 5 años en su cuerpo. Le confirmaron que ya tenía metástasis y que sabía si iban a poder operarla. Más aún, le dijeron que era muy posible que la quimioterapia no funcione. 

"Fue entonces cuando mi suegra me dijo: si tenés tanta fe en la Virgen, pedile. Pedile que te cure", me dijo, y eso hice. La traje a mi casa, me senté con ella y le pedí. Así como cuando hablamos con cualquier persona. Le pedí que me cure para poder estar con mi hijas", recordó entre lágrimas Mariana. 

Después de la primera quimio, Mariana se cortó el cabello y se lo ofreció a la Virgen. "Yo la soñé con mi cabello y un vestido bordó. Entonces le hice el vestido y la vestí así. Este año la voy a vestir de amarillo en su día", contó Mariana. Ahora, ya terminó con el tratamiento, el tumor despareció y su cabello volvió a crecer pero con rulos. 

"Todos los vecinos me vieron cuando estuve mal y ahora me ven que estoy mejor. El año pasado fueron 70 y mañana somos 130", recordó Mariana, que esta noche hacen una pequeña procesión en el barrio, y este jueves 15 de agosot, en su día, se realiza una misa a las 11, en la capilla Santiago Apostol. 

"Ahora ya estamos trabajando par dejar todo listo. El altar para las imágenes, las mesas puestas. Todo listo en el patio de la casa", detalló Jacoba, que además está encargada de hacer las empanadas y la comida para esta jueves, que se servirá el mediodía, que se podrá realizar con el aporte que fueron haciendo todos los vecinos. 

En la novena, también cada noche, una vecino trajo algo para el denominado "convido".

"Este año parece que va a tener dos grupos de música y un ballet que viene a rendirle honores", dijeron las mujeres entre risas, felices de celebrar a su milagrosa Virgen de Urkupiña.