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La imagen de los legisladores junto a los represores detenidos que generó diferencias dentro del bloque de LLA y una investigación.
28 DE Agosto 2024 - 19:20
Un medio nacional publicó los videos de la polémica reunión en la cárcel que puso en crisis al bloque de La Libertad Avanza y terminó con la renuncia (antes de ser expulsada) de Lourdes Arrieta, la mendocina que denunció ante la Justicia haber sido engañada para asistir a encontrarse con varios de los íconos del terrorismo de Estado de la década del 70.
Tras el portazo de la diputada que se hizo famosa por usar una hebilla de patito en el Congreso, que ayer se separó del oficialismo con duras acusaciones contra Martín Menem, titular de la Cámara, Gabriel Bornoroni, jefe de bloque, y varios de sus compañeros, se accedió a las imágenes de las cámaras de seguridad de la Unidad 31 del Penal de Ezeiza, donde el 11 de julio pasado seis diputados libertarios visitaron a condenados de lesa humanidad.
En una combi oficial de la Cámara de Diputados, subió Beltrán Benedit, el organizador del tour a represores, y lo acompañaron Guillermo Montenegro, María Fernanda Araujo, Alida Ferreyra, la propia Arrieta y Rocio Bonacci, que fue la única que se negó a posar con los detenidos.
Según relató Bonacci, ella se enteró de a quiénes iban a ver minutos antes de llegar y ahí rechazó el propósito de la visita. Aunque ingresó al penal, explicó que no participó de la actividad y se mantuvo siempre al margen.
Los esperaban Alfredo Astiz, Raúl Guglielminetti (exagente de inteligencia del Batallón 601), Carlos Guillermo Suárez Mason Jr. (ex marino responsable de delitos de lesa humanidad en la ESMA), Adolfo Donda (exoficial de la Armada y secuestrador de su sobrina, la exdiputada Victoria Donda), y Antonio Pernías, entre otros represores.
Los detalles del encuentro trascendieron en boca de Arrieta y Bonacci, que en diferentes entrevistas relataron que habían sido engañadas por Benedit para acompañarlo a lo que se suponía sería una visita humanitaria, con respaldo institucional de las autoridades de la Cámara, a condenados de lesa humanidad, para revisar sus condiciones de detención.
Bonacci, desde un principio, aseguró que ella fue parte de la comitiva pero no participó más que como espectadora muda de lo que pasó allí. Arrieta, en tanto, conversó con los militares condenados, entre ellos Astiz, al que dijo no conocer por haber nacido en 1993, ya en democracia, y se fotografió con todos ellos en la imagen posada que tomaron como recuerdo de su visita a la cárcel.
Los videos (cinco en total) muestran cómo los seis libertarios bajan a las 14:30 de una combi blanca para ingresar al penal de Ezeiza. Minutos más tarde, con Benedit a la cabeza, uno por uno desfilan por la mesa de entradas, dejando su nombre y documento, en el trámite de rigor.
Luego van rumbo a una oficina para encontrarse con autoridades del penal, y veinte minutos después, vuelven a desfilar por el ingreso a la cárcel, a la que acceden saltándose el detector de metales, en una de las irregularidades que Arrieta mencionó en su denuncia penal. Eso sucede a las 14:57.
Casi dos horas después, a las 17:45, la misma cámara de seguridad registra cómo Arrieta y Bonacci, las dos diputadas que después salieron a despegarse de la visita, salen primero acompañadas por un oficial. Ambos fueron a un patio de la cárcel, donde estuvieron casi a solas: tuvieron la compañía silenciosa de una gata blanca y gris.
Bonacci le tomó un par de fotos a la mascota de los presos que merodeaba por ahí.
Dos minutos más tarde, todo el contingente de diputados deja el penal tras la reunión con los represores, también esquivando el detector de metales, para retirar sus documentos de la mesa de entradas.
Vuelven todos a subir una escalera para mantener una reunión con autoridades del penal y, finalmente, pasadas las 18 se retiran del penal, cuando ya estaba cayendo la noche. Suben a la combi blanca de Diputados y regresan a la Ciudad de Buenos Aires.
Lo que pasó después es conocido: el escándalo que se desató detonó pedidos para expulsar de diputados a los seis legisladores que fueron a ver a genocidas; Arrieta se despegó de sus compañeros a través de una denuncia en el juzgado N°2 de Lomas de Zamora, a cargo del juez Ernesto Kreplak.
En la Justicia, aportó más de 80 páginas de chats de WhatsApp de diferentes grupos en los que había sido incluida, en los que se organizó la visita a Astiz y compañía. Su denuncia fue por coacción agravada, abuso de autoridad y violación de deberes de funcionario público, conspiración y malversación de fondos públicos.
Su presentación apuntó contra el director Nacional del Servicio Penitenciario, Inspector General Fernando Martínez, contra los directivos del complejo penitenciario de Ezeiza, y contra los que apuntó como los organizadores del viaje, entre los que destacó a Beltrán Benedit y al padre Javier Olivera Ravasi, un religioso hijo de un represor detenido por delitos de lesa humanidad.
Arrieta también señaló a los abogados Ricardo Saint Jean, hijo de Ibérico Saint Jean, exgobernador de la dictadura, y presidente de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia; María Laura Olea, hija de Enrique Braulio Oléa, ex jefe del Batallón de Ingenieros donde funcionó el centro clandestino de detención “La Escuelita”, en Neuquén, condenado a perpetua; y Eduardo Riggi, ex juez acusado de cajonear causas por crímenes de lesa humanidad.
También solicitó investigar a sus compañeros de bloque Alida Ferreyra y Guillermo Montenegro, y a la mano derecha de Martín Menem, Sharif Menem, asesor del presidente de la Cámara de Diputados.
La controversia creció en Diputados, donde se pidió crear una comisión investigadora. En paralelo, en tribunales, el fiscal Sergio Mola pidió desestimar la denuncia de la diputada libertaria por considerarla pueril. Hace consideraciones de un infantilismo que hieren la inteligencia”, dictaminó. Más allá de rechazar las acusaciones de la mendocina contra sus compañeros de bloque, pidió investigar en qué condiciones se produjo la visita de diputados al penal, sobre todo si faltaron controles de seguridad, y si hubo incumplimientos por parte de las autoridades penitenciarias.
En este punto, los videos que fueron difundidos por el programa Argenzuela del canal C5N, parecen reveladores sobre lo laxos que fueron los controles a los libertarios en su entrada a la cárcel.
La tensión en el Congreso fue in crescendo hasta que todo terminó con una explosiva reunión del bloque mileísta que terminó con gritos, empujones y hasta denuncias por violencia de género. "No tuvieron los huevos para defender lo que tenían que defender. Yo pedí explicaciones y no tuvieron los huevos. A mi me... Martín, no tuviste los huevos para defendernos", estalló Arrieta.
"Yo recibí amenazas de muerte. Y ustedes que están acá. Eso es lo que están haciendo, me hicieron una cama", disparó antes de ser sacada de la reunión por su abogado Yamil Castro-Bianchi, en medio de un ataque nervioso.
Esa sucesión de capítulos sumaron más morbo a la interna política que atraviesa al oficialismo en Diputados y hubo un ultimátum de Martín Menem a su tropa. “Tenemos una única obligación hasta 2027, hacer caso”, les reclamó.
Anoche, antes de ser echada de su bloque, Arrieta renunció y armó su propio monobloque “Las Fuerzas del Cielo - Espacio Liberal”. Y presentó su primer proyecto oficial: un reclamo para que se investigue quiénes estuvieron detrás de la visita de los libertarios a la Unidad 31 del penal de Ezeiza, donde se debatió un proyecto para sacar de la cárcel a los condenados de delitos de lesa humanidad.
En el medio de todo, el Gobierno salió a negar que ese tema sea parte de la agenda del presidente Javier Milei y varios apuntaron contra la vicepresidenta Victoria Villarruel, que en medio de sus chispazos con el jefe de Estado y su entorno, sobre todo Karina Milei y Santiago Caputo, encabezó el martes un acto en el Senado donde volvió a reclamar justicia para las victimas de las organizaciones guerrilleras en la década del 70.
“Reabriremos todas las causas de víctimas de terrorismo, todos los Montoneros tienen que estar presos”, lanzó, desafiante, la presidenta del Senado.