En las aulas porteñas se prohibió el uso de celulares y la decisión generó polémica, en Salta aún se encuentra en análisis la decisión que se tomará. Sin embargo, los docentes reflejan una postura más clara, consultados por El Tribuno afirman que prefieren que se prohíba, por la responsabilidad que implicaría hacerse cargo de cuidar los dispositivos de los estudiantes, en el caso de que se contemple que ellos se encarguen de reunirlos y posteriormente a la clase entregarlos. También por la distracción que generan en clases y por la brecha de desigualdad que hace evidente, ya que no todos los chicos lo poseen.

“Estamos analizando el tema, tenemos claro que tiene sus pro y sus contra porque tienen por un lado un uso pedagógico y por otro, personal”, explicó la directora General de Enlace Legislativo e Institucional del ministerio de Educación de Salta, Julieta Perdigón.

Y resaltó que según disposiciones de las escuelas, no se pueden usar en hora de clase, con excepciones concretas. Además indicó que desde el ministerio brindan talleres sobre el uso responsable del celular y otros dispositivos tecnológicos, desde el Área de planeamiento.

Luego añadió que entienden que permanentemente se tienen que ir adaptando las políticas públicas y las decisiones de cada gestión a las realidades “emergentes”. Finalmente adelantó que no está descartada la prohibición de los celulares en las aulas. “Procuramos tomar la mejor decisión en función del aporte de los profesionales”, sostuvo.

La voz de los docentes  

Enzo Guerrero, docente del nivel primario dijo que está totalmente de acuerdo con la prohibición de los celulares en las aulas, porque distraen a los chicos y lo más importante es la educación. Y remarcó que la tecnología en exceso es “dañina”, si bien en algunos casos los docentes pueden pedir que se busque información puede ayudarles pero debe ser en casa, no en la escuela. Por ejemplo se que en el Colegio San Pablo tienen un sistema que han adaptado.

Respecto a que los docentes se hagan cargo de los celulares y los entreguen al finalizar la clase, dijo que hoy en día la reparación de un celular es costosa y los docentes no se pueden hacer cargo de un teléfono que sale 200, 300 hasta 500 mil pesos en el caso de un iPhone, es mucho, por eso no sería una buena solución. “Estoy totalmente de acuerdo con la provisión”, indicó.

Marta, docente de nivel primario dijo que no está de acuerdo con el uso del celular en las aulas, primero porque no es igualitario, no todos tienen acceso a un celular. Luego señalo que en el caso de contar con una estrategia didáctica sobre el uso correcto, todos deberían tener la misma disponibilidad para realizarla.

Si bien, es real que los docentes se hacen responsables de los niños y sus pertenencias, lamentablemente no se pueden hacer cargo de la “perdida” de algún dispositivo. Lo más correcto sería que los docentes puedan guardar los celulares, pero no bajo su responsabilidad sino la de los padres, para que comprendan lo que significa tener un celular en las aulas.

Finalmente explicó que pedagógicamente se pueden realizar diferentes acciones con el celular que faciliten acceder a información, pero el tema es que es muy “engorroso”, ya que los docentes no pueden estar encima de los alumnos viendo que hacen con su celular.

Verónica Rodríguez, docente, opinó que a su entender no es bueno que los chicos tengan todo el tiempo los celulares en las aulas, ya que no es una herramienta de trabajo indispensable para poder hacer tareas. Si bien puede ser una herramienta para buscar información, pero que deber ser supervisado por el docente y usarlo por puro placer. Luego remarcó que sería adecuado que se controle mucho más su uso, sobre todo en los estudiantes de segundo ciclo que son los más los manejan, lo más chiquitos no los utilizan tanto. Y dijo que es una distracción que evita que los chicos recurran a un libro, que se les proporciona en la escuela para buscar información. “No está bueno su uso en las aulas”, sostuvo.

Y agregó que si lo utilizan para que los padres se comuniquen con ellos están perfecto, pero que tenga un límite, es necesario que les enseñan a los hijos el uso adecuado de ese teléfono.

Además dijo que hacerse cargo de los celulares de los estudiantes es mucha responsabilidad, ya que si sucede algo son los docentes quienes deberán responder de su bolsillo. Por eso señala que lo más adecuado es no permitirlo directamente.

La postura de los padres

Leonel Martínez, un papá dijo que le parece perfecta la prohibición en las aulas, ya que hoy en día los chicos están “enviciados” con el tema del celular y veo que sobre todos los de la secundaria no los dejan de lado. Una vez que lo usan después es muy difícil sacárselo.

En tanto, Natalia Suarez opinó que le parece muy bien que se prohíba, más que todo en el colegio para los chicos más grandes, ya que ve con frecuencia que muchos usan la inteligencia artificial para hacer sus tareas y eso no les permite desarrollarse al 100%, es más una distracción por eso le parece que está bien que no se permita su uso en clases.  

Además, sobre los planteos de algunos padres que señalan la necesidad de estar en contacto con sus hijos, por medio del celular, resaltó que la mayoría de los estudiantes de secundaria ya saben manejarse solos. Otra opción podría ser que se los retengan antes de clases y se los entreguen al finalizar la jornada escolar. “Si te la entregan un ratito antes que salga podes mandar mensajito a tus padres para que te busquen o algo”, afirmó.

Carolina madre de alumnos de primaria explicó que le parece correcto que los chicos no usen celulares en las aulas, ya que les genera una gran distracción y advierte que se nota mucho que hoy no tienen la misma concentración que antes como consecuencia de emplearlo todo el tiempo.  Luego, resaltó que debería ser como antes cuando los chicos no contaban con los dispositivos y esto no repercutía en su concentración. Hoy la mayoría quiere estar metido en las redes, utilizar juegos virtuales y eso les hace mal, porque después no aprenden nada, no quieren agarrar ni un libro y les genera mucho desgano.