En el contexto del Milagro salteño, se realizó la Misa Estacional en la Catedral Basílica, con la participación de fieles y representantes del Gobierno provincial.

El arzobispo, Monseñor Mario Antonio Cargnello, tras la lectura del evangelio, abordó la situación social del país, subrayando la necesidad de renovar la confianza en Dios.

Durante la celebración en honor a la Virgen del Milagro, destacó "que esta festividad nos invita a creer de nuevo, pues la sagrada madre actúa como un símbolo de esperanza en este proceso".

Cargnello enfatizó que "la labor de las autoridades debe centrarse en el servicio al ciudadano que lo necesita, y no en negociaciones ajenas al bienestar del pueblo".

Además, hizo un llamado a vernos como hermanos y no como adversarios en este país, recordando que "nadie tiene el poder de resolver todos los problemas por sí solo".

Ante esta realidad, Cargnello congregó a todos a poner su fe en Dios y a trabajar en dejar un legado más solidario y justo para las futuras generaciones, buscando siempre el desarrollo humano de todos.

Aunque el país enfrenta tiempos difíciles, la esperanza radica en la grandeza de cada uno para transformar esta crisis: “Confiemos en Dios, como lo hizo la Virgen, y recurramos a ella”.

Por último, mencionó a los peregrinos de la Puna y citó la petición de uno de ellos, quien oraba por soluciones a los problemas que afectan a la nación: “Esa es la súplica de nuestra gente, y debemos escucharla”, concluyó.