Existen cientos de formas de recuperar el bienestar. Con la llegada de los días de calor, el cuerpo pasa facturas. Puede ser a través del sueño pesado después de comer, de los pies hinchados, de los dolores de espalda o incluso en algo tan simple como pararse de la silla. 

Recuperar la capacidad de moverse rápido, sin dolores y además hacerlo con una sonrisa, es posible, y una de esas opciones puede ser el GAP. Buscando conocer de qué se trata esta disciplina, El Tribuno se puso en contacto con Sol Climént. 

Ella es instructora de cross fit, funcional, personal training, acompañado de terapias holística. "La idea es ofrecer un servicio englobador", expresa Sol, antes de comenzar a grabarnos una serie de ejercicios básicos que muestran cómo se puede comenzar con esta practica. 

El GAP  y los ejercicios isométricos son algunos de los ejercicios que practica. "Hay que buscar mejorar el cuerpo, la mente y las emociones", describe Sol que explicó de qué se trata el GAP.  "El GAP son ejercicios que se enfocan en la zona inferior del cuerpo: glúteos, abdomen y piernas. El objetivo es tonificar, a veces alcanzar un crecimiento en esas zonas. La zona abdominal es la zona que marca todo el funcionamiento del cuerpo, cuidando la zona lumbar y todo el cuerpo en general", describe. 

"Cualquier persona puede hacer GAP. Nadie te puede decir que no poder hacer alguna practica, lo que hay que cuidar es la técnica. Siempre que se cuide del trabajao que se hace, en forma progresiva", detalló.

El GAP comienza con el peso del propio cuerpo y se incrementa la intensidad utilizando barras de peso, mancuernas o bandas elásticas y aumentando el número de repeticiones. El peso y la intensidad marcarán el nivel de la sesión.

Los principales ejercicios son las sentadillas y las zancadas , en los que se implican directamente los glúteos y todos los músculos implicados en la flexión y extensión de las piernas, entre los que se encuentran los cuádriceps y femorales. Grandes grupos musculares que además de definir y fortalecer las piernas, favorecen la estabilización de la cadera.

Bajando de peso y modificando hábitos

Para algunos la llegada del verano puede ser la fecha límite para bajar algunos kilos demás, esos que se acumularon en el invierno. Lograr bajar entre 7 y 10 kilos requiere de algunos esfuerzos, pero sobre todo de constancia. 

"Para que el cuerpo asimile una nueva modalidad, que no sea un peso tener que hacer ejercicio, requiere de al menos tres meses, acompañado de una muy buena alimentación y el descanso", advierte Sol Climént.

"La disciplina es fundamental. En los cambios de hábitos alimenticios se recomienda incluir abundantes frutas y verduras en la dieta, que aportan fibra y nutrientes con bajo contenido calórico, lo que ayuda a controlar el peso. También es importante optar por proteínas magras, como pollo, pescado, legumbres y tofu, avena en sus diferentes presentaciones que favorecen la saciedad. Limitar los azúcares y carbohidratos refinados, productos procesados, así como mantenerse bien hidratado, son prácticas esenciales", detalló la instructora.

Las practicas con algunas dolencias

"En el caso de personas con diabetes tipo II, se debe tener especial cuidado con el manejo de los carbohidratos, eligiendo siempre opciones complejas como granos enteros y evitando los azúcares simples. La fibra es un componente clave para regular los niveles de glucosa, al igual que el consumo de grasas saludables, que se encuentran en el aguacate, nueces y aceite de oliva", explicó en lo que se refiere a la pata e esta mesa.

La segunda pata será el ejercicio. "Si la persona ya tiene comprometidos algunos órganos o funciones, se debe tener cuidado de guiarlos en las prácticas que deben hacer. Y con el paso del tiempo se comenzarán a ver los cambios e incluso mejorías", agregó.

En adultos, lo recomendado es al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, combinando ejercicios cardiovasculares y de fuerza. 

Gestionar nuestras emociones

"La conexión entre cuerpo y mente es esencial; al aprender a gestionar nuestras emociones, podemos evitar que el estrés, la ansiedad, heridas de la infancia, depresión nos lleven a buscar alimentos poco saludables como mecanismo de escape, practicar la atención plena, buscar apoyo psicológico, terapias alternativas, prácticas como la aromaterapia, la acupuntura o el uso de cristales pueden contribuir a un equilibrio emocional que facilite la toma de decisiones más saludables, fomentar relaciones sociales saludables son pasos importantes en este proceso. Es fundamental reconocer que nuestras emociones influyen en nuestras decisiones", describe Sol Climént.

A lo largo de este encuentro además de ofrecer una lista de algunos de los ejercicios que se pueden realizar, los cambios en la dietas, y las terapias holísticas que pueden ayudar, la instructora destacó que es importar que las personas escuchen sus emociones. 

"A veces no queremos oír, y se termina buscando el sentirse feliz en una recompensa de acción rápida como puede ser la comida. Saber escucharse y tomar la decisión sobre lo que molesta o duele, es la mejor acción para empezar a cuidarse", agregó y recordó que "la energía que cultivamos en nuestro interior también afecta nuestra salud".