— El Gobierno Nacional está presionando a las provincias para que se adhieran a este plan para sacar los dólares de abajo del colchón. ¿Cree que va a prosperar?
— Puede ser. Veremos. No sé qué respuesta han tenido las provincias. Yo creo que la coordinación sería muy buena. Hay que pensar esto como un esquema en el cual lo que se está aliviando es el régimen informativo. Esto no tiene que ver con un blanqueo, ni mucho menos. Simplemente, después de muchos años de acumular burocracia, regulaciones y requisitos de información muy difíciles de procesar y de mirar, se pasaría a un régimen más simple. Eso permitiría también hacer inteligencia fiscal más aguda e inteligente. Así que espero que esto prospere.

— Usted se refiere al Pacto Fiscal de 2017, que preveía una baja constante de Ingresos Brutos, un impuesto en cascada que suma carga tributaria. ¿Por qué las provincias no lo cumplieron?
— El gobierno de Alberto Fernández fue un desastre y todo lo que hicimos nosotros lo dio vuelta, independientemente de la calidad de las políticas. Cuando te cierran un aeropuerto como el de El Palomar simplemente porque lo inauguramos nosotros, ya sabés por dónde venía la cosa. Argentina necesita convertirse en una potencia exportadora. Y con Ingresos Brutos es muy difícil, porque agregar valor en distintas provincias, que es algo positivo, implica pagar Ingresos Brutos en cada pasada. Es un impuesto que se acumula en cascada y no se deduce. Es lógico que hay que encontrar una solución. Cuando logramos el Pacto Fiscal de 2017 fue algo inédito, porque no se alcanzaba un pacto así desde 1993. Que todas las provincias acuerden con el gobierno nacional fue un esfuerzo enorme. Tirarlo por la borda fue un error inmenso. Hoy, volver a lograrlo no lo veo tan fácil. Pero está claro que Ingresos Brutos tiene que ir perdiendo peso relativo: en vez de recaudar cinco puntos del PBI, debería recaudar dos. En ese momento hay que ver cómo reemplazarlo, quizás con un IVA mochila u otro tributo.

— ¿Las provincias están acompañando el ajuste porque tenían más espaldas fiscales?
— Las provincias están acompañando. El gasto primario del gobierno nacional se contrajo cerca de un 27% real en 2024, y en las provincias cerca del 20. O sea que han hecho un esfuerzo muy, muy relevante, que debe ser elogiado. Esperemos que lo mantengan.

— Se hizo viral un comentario de Ricardo Darín, quien dijo que una docena de empanadas cuesta $48.000. Creo que hizo referencia a lo caro que están los bienes. Más allá de eso, ¿qué mirada tiene sobre el “costo argentino”?
— El salario real en Argentina está casi 20 puntos por debajo del de 2017, que fue el último muy buen año de la economía. Entonces, uno puede hablar del costo de la empanada, de la carne o de lo que sea, pero en realidad lo que estamos diciendo es que los salarios están bajos. Y eso también se debe a que durante la gestión anterior se destruyó mucha productividad en la economía. Tenemos que volver a recuperar productividad. Así los salarios se van a recuperar y ya no vamos a estar hablando del costo de las empanadas.

— ¿Por qué el Gobierno no avanza fuertemente con las reformas estructurales? Está muy centrado en lo macro, en el dólar, pero no encara, por ejemplo, una reforma previsional.
— Es una cuestión de secuencia. El Gobierno todavía tiene una participación pequeña en el Congreso. Más allá de que si las reformas son buenas, desde otros espacios políticos como el PRO —donde yo soy cercano— seguramente estaríamos apoyándolas si van en buena dirección. Pero también hay que entender que recién ahora estamos saliendo del cepo. Es como si estuviéramos operando en un hospital de campaña, todavía saliendo de la batalla, de la emergencia. Son distintas etapas. Pienso que son procesos que deben acelerarse en la medida en que vaya disminuyendo la emergencia y cambie la composición del Congreso.

— ¿Qué riesgo hay en no prestar atención a la acumulación de reservas?
—A veces los gobiernos, cuando atraviesan una etapa de cierto éxito, tienden a minimizar algunos riesgos pensando “a mí no me va a pasar”. Y hoy acumular reservas es algo que el Gobierno podría hacer para bajar la volatilidad macroeconómica, por si más adelante aparece algún temporal. Creo que es un error no poner el foco ahí. Está claro que el Gobierno no lo hace para poder desinflar más rápido, para que la inflación baje más rápido. Pero ya hubo avances importantes en inflación y avances menos relevantes en la recuperación de la liquidez del Banco Central.

— Con el diario del lunes, ¿qué debería haber hecho distinto el gobierno de Macri para acelerar los cambios económicos?
— El gobierno de Macri no solo en lo económico, tuvo un programa de infraestructura muy ambicioso. La Argentina mejoró mucho en los rankings de corrupción y transparencia. Fue un gobierno muy elogiable en muchos aspectos. Pero probablemente en los primeros dos años debería haber concentrado mucho más esfuerzo en recuperar la solvencia del Estado y dejar para más adelante muchas de las buenas políticas que estaba implementando. Debería haber priorizado lo fiscal.